Dichoso el odre nuevo que edifica su casa sobre la roca (Lucas 6)

Por: Thalía Castillo

V1-5 Yeshúa continúa rompiendo los moldes impuestos por la religión. Los fariseos eran muy estrictos con el cumplimiento de sus costumbres y tradiciones, y le añadieron a la Tórah mandamientos de hombres, leyes orales por las cuales determinaban lo que estaba permitido y lo que no, por ello le dicen a Yeshúa que no era lícito que sus discípulos recogieran espigas en Shabat. El Mesías les respondió citando lo que hizo David cuando tomó de los panes de la proposición, que solo estaban autorizados a comerlos los ministros, pero el Eterno lo permitió, puesto que David violó esa instrucción para cumplir con una mayor que es la de preservar la vida. Con estas palabras les demostró a los fariseos que el Eterno prefiere la misericordia antes que el sacrificio. Yeshúa y sus discípulos no estaban pecando, al contrario, realizaban lo verdaderamente lícito, que es bendecir el día cese, se movían de un lado a otro para continuar compartiendo las buenas nuevas y no tenían tiempo para sentarse a degustar una comida hecha en casa, sino que tomaban las espigas para sustentarse y continuaban su camino, ellos estaban cumpliendo la voluntad del Eterno, poniendo el servicio en primer lugar. Para terminar el Mesías les dice que él es amo del día de reposo. El Shabat fue creado para el hombre, un día para cesar, bendecir y santificar, donde se le ofrece un servicio al Eterno sin religiosidad, pero Yeshúa como amo está incluso por encima de ello.

V6-11 Yeshúa visitaba las sinagogas los días de Shabat para anunciar la buena nueva. En ese lugar había un hombre con una mano seca y los escribas y fariseos asechaban al Mesías para ver si lo sanaría y poderle acusar, ellos tenían el día de cese casi como un ídolo, mostraban una religiosidad extrema, ignorando la importancia de hacer el bien, estaban cegados pensando solo en sí mismos, dejando a un lado la justicia.

Basado en el escrito de Marcos 3

Yeshúa sabía lo que esas personas estaban tramando, pero él aprovechó la situación y mandó a ese hombre a ponerse en medio para que todos pudieran ver lo que él iba a hacer y les hace un cuestionamiento sobre la Tórah, una pregunta que es profunda, porque los llevaría a poner en duda todos los dogmas y mandamientos de hombres que ellos habían añadido sobre el Shabat; el Mesías les estaba dando la oportunidad de cambiar su odre, de renovar su mente y darse cuenta de que todas esas tradiciones solo esclavizaban a las personas y obstaculizaban su servicio al Eterno y a la misma vez es una pregunta fácil de responder, muy lógica, pues siempre la prioridad es hacer el bien y salvar la vida, como lo dice la instrucción. Pero estas personas callaron, ellos sabían cuál era la respuesta, pero no estaban dispuestos a ceder. Para ellos su prioridad era su tradición, preferían abstenerse de hacer el bien antes de quebrantarla, actuando de esa manera solo transgredían la Tórah. Yeshúa dejó al descubierto lo que había verdaderamente en el corazón de ellos, que se decían ser servidores del Eterno. Ellos mismos se negaron a entrar en el reino del Padre acercado por el Mesías. No tenían temor del Creador como dice en: 

Isaías 29:13 Dice pues Adonay: Ya que este pueblo se me acerca con la boca y me honra con los labios, Mientras su corazón está lejos de mí, Y su temor para conmigo es mera rutina de preceptos humanos,

Como dijo el Mesías actuar de ese modo es vano, el Creador no lo reconoce, pues el que dice que ama al Eterno, pero no guarda sus mandamientos de forma genuina, miente.

1Juan 2:3-6 Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que obedece su Palabra, en éste verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Elohim; por esto pues sabemos que estamos en Él. 6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

Estas palabras nos demuestran la importancia de ser íntegros, de tener una fe viva que se demuestre en nuestras acciones. En los discípulos del Mesías no hay lugar para la hipocresía, esa es la levadura de los fariseos. Los creyentes en el Mesías debemos actuar de forma congruente, y estar dispuestos a negarnos y renovar nuestra mente para que el Padre acepte nuestro servicio y pueda ver humildad, sinceridad y transparencia en nuestras vidas.

Es muy triste que el egoísmo tenga mayor peso que el amor al Eterno, los religiosos se jactaban de su celo y su obediencia extrema pero no estaban dispuestos a ceder en los aspectos más importantes. Lavaban lo de fuera del vaso, pero olvidaban limpiar su interior. Al parecer ellos creían que el Eterno no veía sus obras por eso actuaban de forma deshonesta, Yeshúa los descubrió, los expuso frente a todo el pueblo y él mismo puso el ejemplo de lo que es servir en ruaj y en verdad, sanó a aquel hombre. El Mesías no se dejó amedrentar por ellos, sino que demostró en todo momento que su prioridad era cumplir la voluntad su Padre.

Él es nuestro mejor ejemplo a seguir, nos enseña que no debemos temer al rechazo del mundo, ni cohibirnos de hacer lo correcto, para encajar en un grupo o ser aceptados, siempre debemos actuar de forma íntegra y dar un testimonio con nuestra vida, aunque suframos el oprobio de quienes no creen. Recordemos siempre que el fin de nuestra fe es la salvación de nuestras almas y que somos muy bendecidos cuando padecemos por causa de la justicia, alegrémonos pues recibiremos un gran galardón en los cielos.

Esos líderes religiosos querían matar a Yeshúa, eran descendientes de Caín quien mató a su hermano Abel simplemente porque sus obras eran justas. Ellos veían en peligro su tradición y sus ganancias.

Isaías 1:11-15 ¿De qué me sirve, dice YHVH, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de ganado gordo. No quiero sangre de bueyes, ni de corderos, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, Cuando os presentáis ante mí pisoteando mis atrios? 13 No sigáis trayendo ofrendas inútiles; El incienso me es abominación, También los novilunios, los shabbatot y el convocar asamblea. ¡No tolero la iniquidad junto a la asamblea solemne! 14 Mi alma aborrece vuestras solemnidades y novilunios; Se me han vuelto una carga que no soporto más. 15 Cuando extendáis vuestras manos, Esconderé de vosotros mi rostro, Y aunque multipliquéis vuestras oraciones, no escucharé, Porque vuestras manos están llenas de sangre.

Nuevamente nos confirma que de nada sirve la religiosidad, el Eterno aborrece la tibieza. Y esta porción me exhorta mucho, pues nos enseña que hay una línea muy delgada entre obedecer sinceramente y caer en una vida religiosa, donde todo se vuelve rutinario y se pierde el verdadero enfoque que es la comunión y el servicio al Padre. Es importante que todo lo que hagamos sea para el Eterno, que nos mantengamos cada día alimentándonos de su palabra y examinando nuestra vida, para que nuestras oraciones, nuestras palabras, nuestras acciones sean aceptadas por el Padre.

V12-16 Yeshúa primero fue al monte a orar y luego guiado por el Eterno seleccionó a sus emisarios, aunque las multitudes lo buscaban, finalmente solo 12, o más bien 11 fueron sus talmidin (alumnos), ellos estaban dispuestos a servirle hasta el fin, a comprometerse y entregarse por completo, por eso fueron los elegidos y recibieron autoridad para continuar extendiendo el reino.

V17-19 El Mesías continúa cumpliendo lo que estaba profetizado acerca de él. sanando, restaurando y liberando a los débiles y abatidos. De todas partes iban a él, incluso desde los lugares más lejanos. Anhelaban escucharle y al menos tocarle, pues de él salía poder, estaba completamente ungido con el Aliento Santo. Ahí vemos la necesidad que tenían las ovejas perdidas de la casa de Israel de buscar a su pastor para recibir su dirección.

V20-36

– Las dichas

Dichosos los pobres, porque de ellos es el reino de Elohim.

¿Quiénes son los pobres?

No se trata de pobreza económica, sino que se refiere a aquellos humildes, quebrantados de corazón, en los cuales no hay altivez, ni orgullo, ese grupo que había sido excluido y ridiculizado por el sistema religioso, pero que estaban en búsqueda de la revelación divina, los que se sometían a la voluntad del Eterno para llevarla cabo y por eso recibieron a Yeshúa y creyeron en sus palabras, ya estaban en el reino.

Isaías 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, Y así todas ellas llegaron a existir, dice YHVH. Pero Yo miraré al pobre y humilde de espíritu, Y que tiembla ante mi

Dichosos los que tienen hambre porque ellos serán saciados.

No se trata del aspecto físico, sino de aquellos que aman la justicia y se oponen rotundamente a todos los actos injustos y crueles que se cometen en el mundo, ellos verán la justicia del Todopoderoso.

La mayoría de las personas en el mundo ante las injusticias responden con más injusticias, si les roban entonces quieren robar, si les mienten, mienten, si los maltratan entonces maltratan, pero el Mesías nos enseña que ante las injusticias debemos aplicar la justicia, no pagarmal por mal, sino darle lugar al Eterno que pagará a cada uno conforme a sus obras. Por eso cuando padezcamos debido al trato injusto de este mundo, cortemos la cadena de la injusticia actuando de manera justa, marcando la diferencia, dándole ejemplo a nuestro prójimo de que, aunque no es fácil sufrir el agravio, podemos actuar de manera distinta, esperando la retribución del Eterno.

Salmo 9:7-8 Pero YHVH permanece para siempre, Él ha establecido su trono para el juicio, 8.Y juzgará al mundo con justicia, Ejecutará con equidad juicio a las naciones.

Dichosos los que lloran porque reirán

No son los que lloran por cualquier causa sino aquellos que sufren y se duelen por la maldad que hay en el mundo, pues reciben oprobio debido a que no van tras el camino de la maldición, pero a pesar de las aflicciones, recibirán el consuelo del Eterno y heredarán las moradas celestiales, allí reirán pues no habrá más dolor. El Mesías lo dijo, quienes quieran ser sus discípulos reciben el rechazo del mundo, tal y como se lo hicieron a él, pero nos da aliento pues sabemos que no será para siempre.

Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo.

Dichosos los que padecen persecución por causa del Mesías, porque tendrán un gran galardón en el reino de los cielos.

Aquellos que son vituperados por hacer lo bueno y justo delante del Creador, y que tienen al Mesías como único maestro, esto causa el vituperio del mundo, pero esa situación no debe provocar tristeza sino alegría y esperanza por la inigualable recompensa reservada en los cielos.1Pe 4:3-5 Porque ya habéis pasado bastante tiempo obrando como les gusta a los gentiles, viviendo de manera licenciosa, entre concupiscencias, borracheras, comilonas, embriagueces y abominables idolatrías.

1Pe 4:4 Por eso se extrañan de que ya no os precipitáis con ellos en ese libertinaje desenfrenado, y os llenan de insultos.

1Pe 4:5 Pero tendrán que rendir cuentas al que está ya preparado para juzgar a vivos y muertos.

La vida de los emisarios es un gran ejemplo de perseverancia, a pesar de todo lo que tuvieron que padecer por causa de seguir al Mesías, se mantuvieronfirmes, no retrocedieron, prosiguieron a la meta y tienen un gran galardón. Lo cual nos exhorta a permanecer en la obediencia y a no tener temor del oprobio del mundo, sino cuidar nuestra salvación con temor y temblor, para recibir la corona de la vida en aquel gran día.

2Timoteo 3:12 -15 Sí, todos los que quieran vivir piadosamente en el Mesías, padecerán persecución. 13 Por su parte, los hombres malos y embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14 Pero tú persisteen lo que aprendiste y fuiste persuadido, sabiendo de quiénes aprendiste, 15 ya que desde niño conoces las Sagradas Escrituras, las cuales pueden hacerte sabio en la salvación que por la fe hay en el Mesías Yeshúa.

-Ayes

Yeshúa advierte sobre el juicio que sufrirán aquellos que ponen su esperanza en las riquezas, que prefieren satisfacer los deseos de la carne entregándose a las pasiones y que reciben el reconocimiento del mundo porque son tibios, tienen como prioridad agradar a los hombres antes que a Elohim. Si no hacen teshuvá y persisten en la rebeldía solo recibirán la ira del Eterno, sin oportunidad de retorno.

-El Mesías también habló acerca del amor a los enemigos, bendecir a aquellos que nos maldicen, no pagar mal por mal, sino actuar diferente mostrando que somos hijos del Eterno, tratando a los demás como nos gustaría ser tratados, actuando de este modo damos testimonio de la obra del Padre en nuestra vida e imitamos su conducta pues Él es benigno y bondadoso.

V37-42 El perdón y el justo juicio

El perdón es una decisión que nace desde nuestro corazón de no tener rencores, ni odio, ni resentimiento, ni amargura. Además, orar por quiénes nos han ofendido y bendecirlos. El beneficio de perdonar es poder tener una comunión plena con nuestro Creador y obtener su perdón.

Efesios 4:31-32 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia.32 Antes sed benignos unos con otros misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Elohim también os perdonó a vosotros.

Aplicar el justo juicio no consiste en no juzgar sino en examinarnos a nosotros mismos antes de hacerlo, para poder exhortar a otros a cambiar o mejorar algún aspecto de su vida, debemos nosotros haberlo hecho también, de este modo seremos congruentes y daremos buen testimonio para ayudar a los demás. Así como lo hacía el Mesías, él en primer lugar daba el ejemplo con su propia vida y así juzgaba justamente al resto. Nuestra meta es limpiar a diario nuestra vida para llegar a ser como nuestro maestro.

V43-45 Por el fruto se conoce al árbol, nuestras acciones demuestran quiénes realmente somos, nuestros hechos deben evidenciar la emunáh que tenemos en Yeshúa, debemos ser congruentes e íntegros en todo momento, teniendo una vida consagrada al Eterno que se manifieste desde el interior hacia el exterior.

V46-49 Podemos decidir sobre quién edificamos nuestra vida, sobre las enseñanzas de los hombres que son semejantes a la arena, que es arrastrada por el viento, donde no hay un cimiento firme, sino que se desvanece fácilmente o por el contrario cimentar nuestra vida en las instrucciones de Yeshúa, que es nuestra roca, para que podamos tener firmeza ante las circunstancias que atravesemos en este mundo y producir frutos agradables al Eterno. Obedecer las enseñanzas del Mesías trae seguridad y fortaleza a nuestra vida.