El insensato no se prepara ni multiplica, solo espera el juicio final (Mateo 25) Por: Thalía Castillo
Reflexión sobre la Parábola de las 10 vírgenes y la Parábola de los talentos
Son parábolas que nos exhortan de manera especial, pues están dirigida a esta época específica en la que estamos viviendo donde esperamos próximamente la venida de nuestro Mesías, son tiempos donde las tinieblas abundan, el engaño del maligno ha intentado opacar la luz y la verdad del Mesíasya sea a través de las religiones, o del materialismo, de la idolatría , de las filosofías, vemos cuantas personas viven completamente engañadas ignorando al Creador y sintiéndose dioses y gobernantes de sus propias vidas sin tener en cuenta que todos tendremos que dar cuenta de nuestros actos delante del Eterno. Y por causa de todo este engaño todos hemos llegado a cabecear en algún momento de una forma u otra, así como las 10 vírgenes, todas se durmieron, es curioso que, aunque el Mesías lo menciona no las acusa por ello,sino que él hace énfasis en la actitud de cada grupo al escuchar el clamor. ¿Qué hacen cuando saben que ya el esposo se acerca y ven sus señales? ¿Se despiertan y se alistan teniendo su lámpara encendida o esperan a último momento para buscar cualquier aceite? Y esto nos lleva indiscutiblemente a preguntarnos ¿qué tipo de creyentes somos? Insensatos o prudentes.
Los prudentes aunque también durmieron, una vez que escuchan el clamor, que hace referencia tanto a las señales que se están viendo como a esas palabras de vida que encontramos en la escritura, que nos enseñan que el Eterno busca servidores en espíritu y verdad, que obedezcan la voz de su enviado y vivan en su instrucción hasta que él regrese, que son palabras que en algún momento a todos se nos da la oportunidad de escuchar , cuando el prudente las oye se despierta, se aparta del engaño de las tinieblas y se prepara, toma el aceite que es la presencia divina y prende su lámpara, es decir comienza a dar fruto a través de la obra que hace el Ruaj en su vida. Frutos de santidad, de obediencia, de consagración, de justicia ayudando a su prójimo, frutos de gratitud al Eterno, etc. Todo eso hace que su luz se mantenga encendida. Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de forma que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
El prudente es como los siervos buenos y fieles de la parábola que cuando no está su Señor se ocupan en trabajar en el reino y multiplicar los talentos que les han sido dados, continúan siendo luz, se mantienen velando y enfocados en las cosas de arriba, entendiendo que este es el momento de mantenerse despiertos esperando a su Adón, cuidando su salvación con temor y temblor, porque que se puede perder y por eso se esfuerzan para que nada les quite su regalo, que no se compara a nada de lo que ofrece este mundo. Por eso el Mesías les da entrada a las bodas y los reconoce.
El insensato por su parte continúa durmiendo prefiere seguir en las tinieblas, no se ocupa en prepararse, ni en multiplicar, sino que cree que tiene la salvación asegurada, por eso se confía. Y lo relacionaba con lo que ocurre en el sistema religioso, como les hacen creer a las personas que la gracia del Eterno lo es todo y que el Padre les perdonará siempre, que no importa como vivan pues lo importante es el espíritu etc. O por otra parte aquellos que permiten que los afanes de la vida ahoguen su emunáh y ponen su esperanza en lo que les ofrece este mundo ydejan de confiar en el Eterno,pero cuando ven que ya el esposo llega entonces quieren correr en busca del aceite a último momento. No aprovecharon el tiempo que se les dio para hacer teshuvá y por ende no nacieron de nuevo por medio de Yeshúa, es por eso que su lámpara no tiene aceite, no tienen frutos, ni la presencia divina que es el sello de lasalvación. Por esta razón el Mesías no los reconoce, aunque lo llamaron Señor, y la puerta se les cerró. Todo ello es el resultado de la insensatez y de no prepararse.
Es importante que cada día de nuestra vida nos examinemos y nos preguntemos ¿qué estamos haciendo con lo que el Mesías nos ha otorgado?, diariamente preguntarnos ¿si viniera hoy el Mesías me consideraría prudente o insensato? No sabemos el día y la hora por eso este es el momento de prepararnos, de vivir como siervos fieles porque, aunque el Eterno es bondadoso, en el último día quien no tenga su lámpara con aceite no entrará, por más que suplique…
En la última porción de este capítulo el Mesías habla sobre el juicio a las naciones y menciona dos grupos: las ovejas que son aquellos que se guardaron en santidad y obediencia hasta su venida, y a los cuales les llama benditos y les da entrada al reino del Padre en los cielos porque mientras estuvieron en la tierra sirvieron, ayudaron y sostuvieron a aquellos que se dedicaron a servir al Eterno y a los necesitados, por esos buenos frutos son puestos a su derecha para recibir la salvación, y por otro lado están los cabritos que serán puestos a su izquierda, debido a que no aceptaron el mensaje, ni obedecieron, ni tampoco sirvieron y ayudaron a los servidores del Eterno, por todo ello solo recibirán el juicio. Finalmente, el contenido de este capítulo nos exhorta a reconsiderar nuestra vida y sobre todo a tomar la decisión de regresar al Padre y ocupar nuestro tiempo en prepararnos para el regreso de Yeshúa, así seremos librados del juicio y viviremos eternamente en la presencia del Todopoderoso.