En nuestro peregrinar aprendemos que el Eterno es nuestra herencia y refugio (Números 33 y 34)
por: Thalía Castillo
Números 33
Núm. 33:1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel cuando salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, por medio de Moisés y Aarón.
Núm. 33:2 Por mandato de YHVH Moisés escribió los puntos de salida según sus jornadas. Y estas son sus jornadas conforme a sus puntos de partida:
¿Por qué el Eterno le manda a Moshé a dejar por escrito todos estos lugares?
Para que quedara como testimonio de lo que había hecho el Eterno, desde que les dio la libertad de la esclavitud hasta momentos antes de heredar la promesa. Recordar ayudaría al pueblo de Israel a tener presente al Creador todos los días de su vida, tanto cuando hicieran memoria de los grandes milagros, como de los momentos de corrección por su rebeldía e incredulidad.
Y hasta hoy recordar las vivencias de ellos es muy útil para nosotros, como dijo Shaúl todo esto se escribió para nuestra enseñanza, para que no caigamos en los mismos errores, pues también estamos en un peregrinar por el desierto, después que somos liberados del Egipto de este mundo, comienzan los retos para nosotros, vemos milagros en nuestras vidas, como el Padre nos transforma e instruye, pero también vienen las pruebas y aflicciones, todo ello para ver si realmente permanecemos en Él o nos dejamos dominar por nuestra carne permitiendo que comience la queja, la rebeldía y la incredulidad como le ocurrió a los israelitas, debemos siempre tener presente que aunque en este mundo vivamos aflicciones, nuestra confianza en Eterno debe permanecer firme, estamos llamados a perseverar hasta el final, como lo hicieron Josué y Caleb, los únicos que de aquella generación libertada, lograron alcanzar la promesa que es solo para valientes y obedientes.
Se dice en la tradición judía que fueron 42 jornadas desde la salida de Egipto hasta la tierra prometida, y que en la guimatría representa 2 veces la suma del nombre del Eterno que es 21, en este caso no se refiere al tetragramaton que se conoce cómo yud hei vad hei, sino al verdadero nombre del Creador con el cual se le presentó a Moshé Yo Soy el que Soy o Seré el que Seré , este nombre si tiene como guimatría 21, haciendo alusión a como el Padre se santificó en medio de ellos en cada situación y lugar por donde los fue guiando hasta entrar en Canaán
Núm. 33:3-4
Luego de celebrar ese primer Pésaj los israelitas salieron de Egipto, el primer día de Matzot, dice que a vista de todos los egipcios, y hace la aclaración de que el juicio no fue solo contra los habitantes de aquel país sino también contra sus deidades, el Nilo era una de ellas, el ganado (toro), ranas, etc. El Creador les demostró que él es el único poderoso y evidenció a todos sus dioses falsos.
Núm. 33:5 Partieron, pues, los hijos de Israel de Rameses y acamparon en Sucot.
En esta ocasión Sucot no hace referencia a la fiesta de las cabañas pero si nos hace alusión a la forma en que el Eterno nos manda a vivir una vez que nos libera de la esclavitud de este mundo, una vida temporal, fuera de la asimilación, solo guiados por Él, sin salirnos de su cobertura, sin que nos estanquemos y esclavicemos buscando las aspiraciones que nos ofrece el sistema, sino caminando en su instrucción en dirección a las moradas eternas.
Núm. 33:6-8
En Pihahirot fue donde cruzaron los israelitas, vieron la mano poderosa del Eterno abriendo el mar y dándole el triunfo sobre sus enemigos. Luego en Mara fue donde el Eterno convirtió las aguas amargas en dulces otro milagro más del Creador
Núm. 33:9- 12
En el libro de Éxodo se dice que fue allí en el camino del desierto de Sin al Monte Sinaí fue donde el pueblo murmuró contra Moisés porque tenían hambre, aquí ya comenzamos a ver otra de sus facetas la murmuración y la queja
Núm. 33:13 Partieron de Dofca y acamparon en Alús.
Se dice que fue aquí en Alús donde recibieron el maná, el Padre les proveyó el alimento que necesitaban para su peregrinar
Núm. 33:14 Partieron de Alús y acamparon en Refidim, donde no había agua que beber para el pueblo.
En Refidim fue donde el Eterno les dio a beber agua de la roca, y también Amalec les salió para hacer guerra contra ellos
Núm. 33:15 Partieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sinay.
Aquí ocurrió como sabemos la manifestación majestuosa del Eterno, en el Monte Sinaí les dio la Tórah.
Núm. 33:16 Luego partieron del desierto de Sinay y acamparon en Qibrot-hatava.
Se dice que fue donde murieron por las codornices, se relata que tuvieron un vivo deseo de comer carne y se quejaron del maná
Núm. 33:39 Y Aarón tenía ciento veintitrés años cuando murió en el monte Hor.
Allí fue donde el Eterno mandó a morir a Aharon, estaban a punto de entrar. Se encontraban en las extremidades de Edom, pero como sabemos no los dejaron entrar y el Eterno les manda a rodearlos
Núm. 33:51 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando crucéis el Jordán hacia la tierra de Canaán,
Núm. 33:52 expulsaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todas sus esculturas y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos.
Núm. 33:53 Tomaréis posesión de la tierra, y habitaréis en ella, porque Yo os he dado esa tierra para que la poseáis.
Tenían que llevar a cabo el juicio del Eterno sobre aquellas naciones, ser muy esforzados y acabar con toda la idolatría, sabemos que lamentablemente ellos no cumplieron este mandato en su totalidad, y dejaron parte de los moradores de Canaán con vida y por supuesto el culto a sus deidades, los cuales luego les sirvieron de tropiezo para sus vidas, hasta el punto de hacerlos caer en idolatría y desviarlos del verdadero servicio.
Enseñanza: Cuando recibimos la Toráh debemos ser obedientes al mandato del Eterno, y derribar los altares de nuestra vida, todos esos ídolos internos que nos esclavizan, apegos, religión, días paganos, amistades que no edifican incluso la forma de pensar conforme a los deseos de este mundo. Estamos llamados a hacer una total separación entre lo santo y lo profano. Pues si no somos diligentes en eliminar todo lo que estorba en nuestro servicio al Eterno, entonces caemos en la asimilación y en un conformismo espiritual que así como a los israelitas nos lleva a la desviación y realmente cuesta pero Yeshúa nos llamó a negarnos a nosotros mismos, tener dominio propio para vencer al viejo hombre.
Recordaba a Josías, este rey de Israel que siendo un jovencito, fue obediente, destruyó todos los altares y lugares altos de Israel, incluso le dio muerte a todos los profetas de Baal, no se detuvo hasta lograr acabar con la idolatría y así nosotros debemos tener la misma perseverancia, para acabar con todo tipo de asimilación en nuestra vida, para así lograr presentarnos a Elohim con un corazón limpio, siendo tamin, maduros y completos en todo lo que Él quiere.
2Timoteo 2:20 Pero en una casa grande, no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos, ciertamente para usos honrosos, y otros para uso común.
2Timoteo 2:21 Así que, si alguno se limpia de esas cosas, será un vaso de honra, santificado, útil para su amo, preparado para toda buena obra.
Efesios 4:22 En cuanto a la antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos,
Efesios 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
Efesios 4:24 y vestíos el nuevo hombre, que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Núm. 33:54- 56
La tierra sería repartida con equidad, el Eterno les dio la orden de dividirla según la necesidad de cada uno, lo cual es una muestra de la justicia del Padre y de su deseo de que en la tierra prometida hubiera orden en todos los aspectos.
Por otra parte les aclara que si no expulsaban a los habitantes del país entonces serían como aguijones para ellos, y exactamente fue lo que ocurrió, esas personas fueron piedras de tropiezo para ellos, pues estar constantemente en un ambiente donde hay idolatría desvía a los que no están firmes, pero a la vez daña a los que desean realmente servir, como le ocurría a Lot que estaba harto de la conducta vergonzosa e inmoral de las personas que lo rodeaban , 2 Pedro 2:8 dice que aunque era un hombre recto, atormentaba su alma por la perversión que oía y veía a diario. El Eterno le estaba ofreciendo al pueblo de Israel la oportunidad de vivir en un lugar donde reinara la paz y la justicia, pero no lo aprovecharon y sufrieron tristes consecuencias. Hoy en día aunque no tenemos la misma esperanza física de un mundo sin guerras, y con paz total, al contrario sabemos que en este mundo impera la injusticia y la maldad, podemos esforzarnos por purificar diariamente nuestra vida por medio del Mesías y la Tórah, permitiéndole al Padre establecer su reino en nuestra vida para tener la oportunidad de ser rescatados y alcanzar la verdadera tierra prometida donde no habrá más muerte, llanto, ni dolor, sino completa plenitud en la presencia del Padre.
Números 34
Este capítulo nos relata la división de la tierra prometida, las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés quedaron al otro lado. El Eterno manda a repartir la tierra con equidad,según la necesidad de cada tribu, tenían un amplio territorio como herencia y si eran diligentes y obedientes al Creador sería por siempre de ellos, pero lamentablemente se desviaron. Josué y Eleazar el Gran Ministro eran los encargados de llevar a cabo esta repartición, y durante su tiempo el pueblo se mantuvo fiel al Eterno, pero luego se asimilaron y se apartaron del Creador, se olvidaron del principal límite a guardar que es la santidad. Lo que nos enseña que como creyentes debemos tener al Padre como la prioridad de nuestra vida en todo momento, tanto en los de abundancia como en los de necesidad y vivir agradecidos con Él, pues el mayor regalo ya nos lo dio y ese fue a su hijo, él único camino para acercarnos a Él.