Esperar en consagración y avanzar en la señal del Padre (Números 9 y 10)
por: Thalía Castillo
Números 9
En este capítulo veremos la celebración del 2do Pésaj del pueblo de Israel y como la nube del Eterno los guiaba en su camino rumbo a la tierra prometida.
Como estudiamos en el libro de Shemot, la tienda de reunión fue levantada el 1er día del 1er mes del segundo año de la salida de Egipto, esto nos ubica en el momento histórico, en que se encontraban los israelitas. El mishkán estaba recién levantado,ya habían recibido la Toráh, se puede decir que comenzaban a disfrutar de la libertad que habían recibido, pues su primer año fue bastante peculiar, lo celebraron apurados, con mucho ajetreo, luego en el camino vivieron diferentes pruebas y contratiempos por causa de su rebeldía. Por tanto, en su segundo año estaban más entendidos y enterados de lo que habían recibido y tenían el conocimiento suficiente de lo que debían llevar a cabo. De igual forma suele pasar en nuestras vidas cuando celebramos Pésaj por primera vez, quizás lo hicimos con temores, confusiones, cierta incertidumbre, en esos primeros momentos comenzamos a entender que éramos esclavos de este mundo, de nuestras pasiones, en general que estábamos presos en la desobediencia y que así como el Padre liberó a su pueblo de Egipto, Yeshúa también nos libera de las ataduras de este mundo, del pecado, la ignorancia y la rebeldía en que vivíamos sirviendo a Faraón. Pero ya cuando llega el segundo año, se discierne mejor, se entiende de lo que hemos sido liberados, se agradece por la libertad en que estamos viviendo y se reafirma el compromiso de no volver a Egipto, sino más bien continuar sirviendo al Eterno, a pesar de las pruebas y adversidades. En fin Pésaj y todas las citas santas nos enseñan la importancia de seguir avanzando sin desviarnos, perseverando en nuestro peregrinar, hasta alcanzar las moradas eternas.
Núm. 9:2 Los hijos de Israel prepararán la Pascua en su tiempo señalado:
El versículo 2 dice que la festividad tenía un momento específico para ser celebrada, no era cuando ellos quisieran, sino cuando el Eterno lo había ordenado. Y esto nos demuestra que ningún ser humano está capacitado para mover, añadir o cambiar los tiempos establecidos por el Creador, como hoy en día los vemos con el calendario gregoriano, todo lo que el mundo celebra es según sus deseos, criterios y opiniones, ignorando la voluntad del Eterno, y como sabemos, ni siquiera los apóstoles cambiaron las fechas, seguían reuniéndose cada Shabat, celebraban las citas santas, y aún más con el entendimiento de la obra del Mesías.
En el caso de Pésaj el Padre les mandó a observarlo en el tiempo de la cebada, ellos debían observar que el grano estuviera abib (maduro) según el ciclo agrícola y ver también la luna nueva que indicaba el inicio del nuevo mes, para contar el día 14. Y hasta hoy cuando se acerca esta santa convocación corroboramos estos datos que nos indican que es el momento correcto.
En otras ocasiones hemos estudiado todo lo que significa esta festividad y en el canal de cielos nuevos pueden encontrar los estudios acerca del tema, no voy a tocar cada aspecto pero como sabemos los elementos distintivos de esta festividad son el cordero, las hierbas amargas y los panes sin levadura. Y como creyentes en Yeshúa cuando la celebramos no sólo recordamos la salida del pueblo de Israel de Egipto, sino también la entrega del Mesías, que así como el corbán Pésaj, fue entregado las dos tardes y, por medio de la cual fuimos reconciliados con el Eterno y tenemos libertad para servirle en espíritu y verdad.
Núm. 9:10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquier hombre de vosotros o de vuestros descendientes que esté impuro por causa de una persona muerta, o que esté lejos de viaje, podrá preparar Pascua para YHVH.
Núm. 9:11 La preparará en el mes segundo, el decimocuarto día del mes por la tarde, y la comerán con panes sin levadura y hierbas amargas.
Este segundo Pésaj se conoce como Pésaj Shení y era una oportunidad para aquellos que estaban impuros por causa de muerto o de viaje en el momento de esta celebración.
1 Puede surgir la pregunta ¿qué si ahora podemos celebrar un segundo Pésaj?
El Eterno da esta opción porque los israelitas a parte de la cena festiva debían llevar un corbán o sacrificio de Pésaj a la tienda reunión y como ya hemos estudiado nadie podía acercarse al mishkán estando en un estado de impureza.
Pero hoy día cada creyente es templo de la presencia divina, donde quiera que nos encontremos lo podemos celebrar, ya no se llevan sacrificio, pues la entrega de Yeshúa cubre todos los corbanot, entonces debemos vivir de forma responsable y sin impureza, diariamente purificar nuestras vidas, si en algo transgredimos ir a Yeshúa, corregirnos y esforzarnos por llegar a las citas santas de la forma adecuada, para celebrarlas en su tiempo. Por otra parte las verdaderas impurezas que nos impedirían participar serían las espirituales, si hay rebeldía y no se ha hecho teshuvá por medio de Yeshúa. O si en algún caso alguna persona no pudo prepararse porque se le presenta una situación repentina ya sea una enfermedad grave o una situación económica, en fin una situación que no esté en nuestras manos resolver, entonces si se tiene la posibilidad de celebrarlo en el mes segundo.
Fuera de los casos anteriores no había justificaciones para no celebrar Pésaj en el momento señalado, y esto es como lo que dice en Santiago 4:17El que sabe hacer lo bueno y no lo hace también le es pecado, pues si ya estamos entendidos del significado del memorial de Pésaj a través de Yeshúa y tenemos todos los medios para hacerlo, si sería una rebeldía dejar de celebrarlo pues se estaría menospreciando la entrega del Mesías.
En el mundo sabemos que las personas son muy diligentes para festejar sus celebraciones, se preparan, hacen compras con antelación, dedican sus fuerzas y su tiempo a ello, pero si se les habla de las citas santas del Eterno, entonces ya no quieren, no tienen tiempo para eso, dicen que están abolidas, que eso es del antiguo pacto, incluso, quienes se dicen ser creyentes en Yeshúa, pero los verdaderos discípulos del Mesías, son obedientes a las palabras del Padre, se preparan con diligencia y se esfuerzan por estar listos para celebrar al Creador en sus citas santas, esto es algo que no podemos dejar para después, ni hacerlo a nuestra manera, sino en el tiempo señalado y conforme a las instrucciones del Eterno.
Núm. 9:14 Y si un extranjero habita con vosotros y desea preparar la Pascua para YHVH, la hará conforme al estatuto de la Pascua y conforme a su decreto. Un solo estatuto habrá para vosotros, tanto para el extranjero como para el nativo del país.
Aquí vemos que el Eterno no hace acepción de personas, sino que todo aquel que deseaba servirlo no estaba impedido de hacerlo, y así hasta hoy toda persona haya regresado al Creador por medio de Yeshúa tiene la oportunidad de celebrar sus citas santas, no importando de la nación o tribu que venga, nadie está impedido, claro haciéndolo conforme a lo que el Padre instituyó por medio de su hijo.
Núm. 9:15-23
El pueblo de Israel debía estar muy atento al mandato del Creador y en especial los levitas, no podían distraerse, ellos se ocupaban del mishkán, debían estar prestos para cuando el Eterno diera la orden y levantara la nube, hacer su labor con prontitud. Como discípulos del Mesías debemos estar atentos al llamado del Padre, permitiéndole que nos dirija por medio de su presencia.
De la actitud del pueblo y de los levitas podemos aprender rasgos que deben estar presentes en nuestras vidas:
1: Obediencia (sin quejas, ni excusas)
2: Atención y Disposición: Durante el tiempo de espera, no estaban perdiendo el tiempo, sino que se preparaban con paciencia, para cuando recibieran la dirección del Eterno.
3: Al llamado estaban listos, lo que demuestra que entregaban sus deseos y anhelos al Padre, para que primara su voluntad, entendiendo que eran servidores, que sus vidas no eran suyas, sino del Eterno, siendo instrumentos en sus manos, para poner por obra su instrucción.
Resumen Números 10
Este capítulo comienza con la instrucción que da el Eterno de fabricar dos trompetas de plata labradas a martillo, el Padre le dio sabiduría e inteligencia a estos hombres para llevar a cabo tales labores artesanales. Estos instrumentos servirían para convocar a la asamblea en los tiempos señalados, tanto para mover los campamentos, para prepararse para la guerra y para las santas convocaciones e inicios de los meses conocidos como Rosh Jódesh. Este mandamiento formaba parte de la liturgia llevada a cabo por los levitas en lo concerniente al mishkán y luego al templo, se entiende que hoy día no está vigente, pero si hacemos memoria en las santas convocaciones, haciendo uso del shófar. Esta porción nos enseña que así como los israelitas esperaban el sonido de las trompetas para avanzar, que de la misma forma nos dejemos dirigir solo por el Ruaj del Padre, que nos lleva a Yeshúa y a obedecer la correcta interpretación de la Toráh que él enseñó, no debemos prestarle atención a los ruidos extraños que el mundo ofrece, ya sean ideologías, religiones, pasiones, etc, pues esto nos desviará de la meta que es alcanzar las moradas eternas.
Los israelitas estaban a punto de entrar en la tierra, pero esto fue retrasado, por la rebeldía, la queja y la incredulidad, por tanto, no debemos permitir que esto ocurra en nuestras vidas, permitámosle al Eterno, que nos muestre su voluntad por medio de su presencia, y que en medio de las pruebas nuestra actitud sea la fidelidad, la confianza y la obediencia.
Judá iba delante como príncipe de las tribus, hasta la venida del Mesías su función fue legislar, pero una vez venido Yeshúa, el cetro le fue quitado, para que reinara el amado del Eterno, nuestro Gran Ministro, por tanto es su autoridad la que debemos reconocer, y sus instrucciones las que debemos seguir.
Núm. 10:35 Y sucedía que al levantarse el Arca, Moisés exclamaba: ¡Levántate, oh YHVH! ¡Sean dispersados tus enemigos, Y huyan de Ti los que te aborrecen!
Núm. 10:36 Y cuando ella reposaba, decía: ¡Vuélvete, oh YHVH, A los millares de los millares de Israel!
La nube continuaba dirigiendo al pueblo de Israel, es decir estaban respaldados por el Eterno, por eso Moshé decía estas palabras cuando se levantaba el arca, reconociendo que el triunfo sobre sus adversarios se los otorgaría el Eterno, pues no sería solo una batalla física sino también espiritual, pues aquellas naciones estaban bajo el poder de los caídos. Por otra parte cuando le dice que se vuelva a los millares de Israel, le estaba pidiendo, que les mostrara su favor, ese lado dócil del Creador, para que ellos pudieran estar en paz y armonía con Él.