Mirando con fe las cosas de Elohim y cuidándose de la levadura de los hombres. (Marcos 7 y 8)

Por: Thalía Castillo

Marcos 7

V 1-23 Lo que contamina al hombre

Los fariseos eran un grupo religioso que observaban un conjunto de leyes que no estaban en la Tórah que el Eterno le dio a Moshé en el Sinaí, sino que formaban parte de la tradición oral que habían heredado de los ancianos. Ellos le daban a estas leyes adicionales la misma importancia que a la instrucción del Eterno o incluso más, esas tradiciones se conocen como takanot, y el lavado de manos estaba incluido dentro de ellas. Este grupo era muy estricto y vigilaban que los demás cumplieran con sus instrucciones, por eso cuando se percataron de que los discípulos de Yeshúa no lo hicieron, los condenaron como si se tratara de una transgresión a la Tórah, ellos si no se lavaban las manos varias veces no comían, y esto no lo hacían solo por higiene, sino que era un ritual de purificación el cual habían adoptado desde los tiempos en que el pueblo de Israel estuvo exiliado en Babilonia. Cuando fueron a reclamarle a Yeshúa, él los llamó hipócritas pues se aferraban a los mandamientos de hombres e invalidaban la instrucción del Eterno por su tradición, tal y como lo mencionó el profeta Isaías. Isaías 29:13 Dice pues Adonay: Ya que este pueblo se me acerca con la boca y me honra con los labios, Mientras su corazón está lejos de mí, Y su temor para conmigo es mera rutina de preceptos humanos,

La hipocresía es pretender ser algo que no se es, sin tener intención de serlo. Yeshúa llamó a los fariseos hipócritas pues se acercaban al Eterno no porque lo amaran, ni con un genuino deseo de servirle, sino porque les beneficiaba, los hacía parecer santos y fortalecía su posición social en la comunidad. En resumen, su observancia extrema solo era una falsa apariencia, incluso enseñaban a los demás que podían dejar de cumplir los mandamientos del Eterno, como es el honrar a los padres, con tal de dar las ofrendas al templo, dejando sin validez alguna lo realmente importante. Los líderes religiosos de hoy en día también tratan de agregar reglas y reglamentos a la Palabra del Padre Eterno, con lo que provocan mucha confusión y transgresión entre los creyentes. Es idolatría pretender que nuestra interpretación de la escritura es tan importante como Tórah misma. Es sobre todo peligroso fijar parámetros no bíblicos para que otros los cumplan. Por eso es importante que como discípulos del Mesías escudriñemos las escrituras y nos dirijamos solamente por ellas basados en la correcta interpretación que nos dio Yeshúa, quien es el único que el Padre ha enviado para que nos acerquemos a Él, de este modo no seremos confundidos.

Luego Yeshúa llamó a la multitud y les dice que lo oigan pero que también entiendan, pues lo que iba a decir era una parábola y necesitaban detenerse a reflexionar para comprenderla, no todo se puede interpretar de forma literal, y cabe aclararlo debido a que esta parábola que Yeshúa cita es muy malinterpretada, se cree que el Mesías estaba autorizando a comer de todo, pero de este modo él estaría invalidando la Tórah (Levítico 11 donde se citan las leyes alimenticias) y era eso precisamente lo que él le reclamaba a los fariseos, por tanto no podía él estar haciendo lo mismo pues sería una contradicción. Partiendo de este punto entendemos que Yeshúa les explica que lo que habían comido sus discípulos no les contaminaría solo por el hecho de no haber realizado el ritual del lavamiento de manos ya esos alimentos eran limpios (kosher), pero lo que sale del hombre que era lo que decían e imponían los fariseos, es lo que verdaderamente contamina, los malos pensamientos, la soberbia, las añadiduras a la Tórah, los hurtos, la avaricia, el adulterio… Una mala acción comienza con un simple pensamiento. Nuestros pensamientos pueden contaminarnos, llevándonos al pecado. Es importante que cada día examinemos nuestra vida y nos ocupemos de mantener nuestro corazón limpio que es lo principal, pues de este modo todo lo que exterioricemos irá de acuerdo a la voluntad del Eterno y podremos ser aprobados por Él.

Filipenses 4:8-9Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buena reputación; si hay alguna virtud, si hay algo digno de exaltación, en eso pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced, y el Elohim de paz estará con vosotros.

V 24-30 Yeshúa viajó unos 45 km hasta Tiro y de ahí fue a Sidón. Eran dos ciudades portuarias del Mediterráneo, al norte de Israel. Ambas poseían un floreciente comercio y eran prósperas. Él quería pasar desapercibido, pero no lo consiguió su fama se había extendido hasta aquel lugar. Una mujer se le acercó pues su hija tenía un espíritu inmundo. Marcos la llama sirofenicia y Mateo la llama cananea. La designación de Marcos hace referencia a su trasfondo político. Su audiencia romana podría identificarla con facilidad por la parte del imperio de donde procedía. La descripción de Mateo se creó para su audiencia israelita, los que recordaban a los cananeos como acérrimos enemigos cuando Israel se estableció en la tierra prometida. Es sorprendente que, aunque ella no tenía la Tórah, creía que él podía librar a su hija. La respuesta del Mesías fue muy contundente, él había venido primeramente a las ovejas perdidas de Israel, pero estas palabras también tenían el objetivo de probar su corazón. Ella no se rindió ante esa contesta, al contrario, siguió insistiendo, reconoció con humildad su condición de gentil, pero su deseo de recibir ese alimento espiritual que traía el Mesías, él reconoció la fe de ella y por eso la pequeña fue sanada. Este suceso nos demuestra que las naciones también esperaban por el Mesías, pues él es esa luz que el Eterno envió para todos aquellos que deseen acercarse.

V 31-37 Yeshúa hizo otro milagro de sanidad, esta vez en aquel hombre de Decápolis (hace referencia a 10 tribus perdidas). Ese hombre nos hace alusión a la condición de las naciones que por su transgresión estaban impedidas de escuchar y hablar la palabra del Creador, pero que por medio del Mesías recibieron la restauración y ahora todos los que hemos entrado en su pacto podemos divulgar las maravillas del Eterno sin impedimento, para que otros conozcan la libertad que Él nos ha otorgado y reciban esta bendición. Salmo 9:1- 2 Oh Eterno, te exaltaré con todo mi corazón, Contaré todas tus maravillas.2Me alegraré y me regocijaré en ti; Entonaré salmos a tu Nombre, oh ’Elyón.

Marcos 8

V 1-10 Nuevamente Yeshúa se encuentra rodeado de un gran número de personas, sabemos que su fama se había extendido mucho y que de todas partes venían a él, recientemente estudiamos la alimentación de los 5000, donde el Mesías mostró también compasión pues la multitud estaba como ovejas sin pastor, él veía la necesidad que tenían de recibir el alimento espiritual, en esa ocasión los que estaban allí eran israelitas, pero esta vez la multitud se componía de gentiles y de igual manera él les mostró bondad. Estuvo con ellos tres días enseñándoles y seguramente haciendo sanidades y milagros. Él no los rechazó, al contrario, se tomó el tiempo de compartirles las buenas nuevas, les permitió recibir el verdadero alimento espiritual para que sus almas fueran saciadas.Isaías 49:6 dice así: Cosa muy liviana es que seas mi siervo y restablezcas Mesías las tribus de Jacob y restaures al remanente de Israel. He aquí Yo te pongo por luz de los gentiles, Para que mi salvación alcance los confines de la tierra. Por otra parte, el Mesías no quería que esas personas se desmayaran en el camino por el hambre pues venían de lejos y ya llevaban 3 días con él.

La pregunta de los discípulos es sorprendente, ¿De dónde podrá alguno satisfacer de pan a éstos aquí en el desierto? No era de esperar que reaccionaran de esta manera después de todo lo que ellos habían visto, Yeshúa había alimentado a 5000 hacía muy poco, incluso calmó la tempestad y caminó sobre el mar, hizo muchos milagros; esta vez eran menos personas que la anterior ¿cómo no podría hacerlo?, pero nuevamente se aprecia la duda en ellos, al parecer pensaron que no era posible que un evento así sucediera nuevamente. Aunque ellos creían en él y estaban dispuestos a servir al Eterno, aún no habían entendido completamente lo que estaba sucediendo, parece que veían las obras del Mesías una tras otra, pero no se habían detenido a meditar en ellas para comprenderlas.

Y su pregunta me hizo reflexionar sobre la importancia de no solo creer en el Mesías, sino de creerle a él, de tener siempre muy presentes sus palabras y sus obras en nuestra mente para que nuestra emunáh pueda estar firme. Como creyentes nos encontramos peregrinado en el desierto que es este mundo donde tenemos que pasar por pruebas y aflicciones pero no podemos olvidarnos del poder del Eterno y de todo lo que ha hecho por nosotros y sobre todo de la promesa que tenemos, él nos ha dado el alimento espiritual que es su palabra por medio de su hijo para que en medio de cualquier situación podamos perseverar, por muy difícil que sea una circunstancia no dudemos que nuestro Padre cumplirá lo que ha prometido, no dudemos de que él tiene cuidado de nosotros, prosigamos a la meta en obediencia, mirando con fe las cosas de Elohim.

Aunque los discípulos en ese momento no entendían, luego nos dieron un gran ejemplo de perseverancia, se mantuvieron en fidelidad a pesar de todas las oposiciones y pruebas que vivieron. Ya no dudaron más, sino que se esforzaron y exhortaron al resto de los creyentes a permanecer en emunáh hasta la venida del Mesías

Yeshúa nuevamente hizo el milagro de la multiplicación, oró al Eterno y el Padre permitió que los 7 panes y los pececillos alcanzaran para todos y hasta sobraran, la multitud quedó saciada y se retiró. Nada es imposible para el Eterno, poderoso es para hacer cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos como dice en Efesios 3:20. Pero también este suceso encierra una alusión a lo que acontecería en el futuro:

4000: el 4 hace referencia a los 4 puntos cardinales

7 panes: el 7 perfecto, hace referencia a que el alimento espiritual era completo o perfecto para alimentarse

Pocos pececillos- (la vez anterior con los 5000, había 2 peces que hacían referencia a las 2 casas de Israel), estos pocos pececillos hacen referencia al remanente de las naciones que debía ser pescado.

7 cestas sobrantes- hace referencia a que habría suficiente alimento para todos.

Con este milagro el Mesías le estaba anunciando a sus discípulos que no solo tendrían que llevarle el alimento (palabra) al pueblo de Israel sino también a las naciones, de las cuales un remanente recibiría ese alimento perfecto y sería saciado con él. Tal y como lo anunció el Mesías que ocurrirá en la Gran Cosecha final, ese remante que representa el buen trigo será guardado en el granero del Todopoderoso y la cizaña será echada en el fuego. Porque, aunque la invitación es para toda la humanidad, no todos la aceptan o algunos la toman, pero se desvían tras la levadura de los hombres. Por eso es importante que nos mantengamos cada día rumiando el alimento verdadero y pegados a la vid que es Yeshúa, para que no seamos confundidos.

V11-13Según los comentarios del Strong no se conoce la dirección exacta de Dalmanuta, pero por el relato nos damos cuenta de que se situaba cerca de donde se encontraban. Allí estaban los fariseos que comenzaron a discutir con él, ellos no creían en Yeshúa, no estaban conformes con todas las obras que el Mesías había hecho y por eso le pedían más, querían una señal del cielo. Sabemos que Yeshúa podía darles esta señal, pero él sabía que, aunque lo hiciera estas personas no iban a creer en él, ellos no miraban con fe las cosas de Elohim, sino que estaban llenos levadura, el Mesías que ellos esperaban era según su tradición, debía ser un guerrero como David que los liberara del dominio romano. Y aunque Yeshúa hiciera muchas más señales, ellos no iban a ceder pues no obedecían al Eterno, sino a sus tradiciones, sus corazones estaban endurecidos, solo querían tentar a Yeshúa, hacerlo quedar en ridículo para que el pueblo dejara de creer en él. Por eso el Mesías les dice lo siguiente: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará ninguna señal a esta generación.

Yeshúa exhaló profundamente, estaba decepcionado de la actitud de estas personas. Ellos debían ser los primeros en reconocerlo, pues se decían ser muy conocedores de la Tórah y él estaba poniendo por obra todo lo que había sido escrito acerca de él. Pero ellos mentían, su temor al Eterno era guiado por los mandamientos de los hombres, no eran hacedores de la Tórah, sino que la invalidaban, ni siquiera le creían a Moshé, pues como decía el Mesías, si hubiesen creído a Moshé a él también le creerían pues todos los profetas incluyendo a Moshé hablaron de él. Ellos estaban cegados por su religiosidad, no estaban dispuestos a renovar su mente para recibir el vino nuevo que el Mesías traía, sino que querían deshacerse de él. Por eso Yeshúa les dice que ninguna señal les sería dada. En los otros relatos de la buena nueva dice, esta generación incrédula y perversa demanda una señal, pero no le será dada más que la señal del profeta Jonás, refiriéndose a su muerte y resurrección. El Mesías estaba dando muchas señales de quien era, él no tenía que demostrarles más. Ellos estaban rechazando la vida por su incredulidad. No querían creer, por eso fueron desechados.

Aquí vemos nuevamente la importancia de la emunáh, pues si no estamos dispuestos a creerle a Yeshúa, a mirar con fe las cosas de Elohim, a negarnos a nosotros mismos y renovar nuestra mente, no recibiremos la revelación y no podremos discernir la voluntad del Padre. No podemos ser rebeldes como los fariseos que querían que las cosas sucedieran a su manera y servir al Eterno según sus tradiciones. Es curioso que lo mismo está sucediendo hoy en día en los sistemas religiosos, se aferran a sus tradiciones: navidad, año nuevo, culto dominical, etc., Nos damos cuenta de que, así como los fariseos tampoco les agrada ser confrontados con la escritura, porque no quieren cambiar. Como creyentes debemos ser moldeables como el barro en manos del alfarero, siempre dispuestos a renovarnos, aunque vaya en contra de las costumbres y tradiciones aprendidas anteriormente, para poder alcanzar la estatura del Mesías y ser tenidos por dignos del llamamiento que el Padre nos ha hecho.

V 14-21Los discípulos no habían entendido, Yeshúa no se enojaría porque no tuvieran pan, pues ya en dos ocasiones había multiplicado los panes, el alimento no era un problema. Pero ellos continuaban pensando de forma totalmente terrenal, hasta estaban discutiendo por los panes, por eso el Mesías les dice que tenían embotado su corazón, en ese momento ellos no estaban mirando con fe las cosas de Elohim. Necesitaban seguir renovando su mente para lograr tener ojos y oídos espirituales. E igual hasta hoy nosotros necesitamos prestar atención a las palabras del Mesías y detenernos a reflexionar y estudiar en ellas, pues no basta solamente con creer, necesitamos aprender a mirar con emunáh, es importante que constantemente busquemos la comunión con nuestro Padre y dediquemos tiempo al estudio de las escritura para que podamos recibir la verdadera revelación que nos da el Aliento Santo y podernos cuidar de la levadura de los hombres que está muy presente en la actualidad por parte las falsas doctrinas y tradiciones que se enseñan en los sistemas religiosos

Como hemos estudiado la levadura es un elemento que tiene la capacidad de alterar el estado original de la masa, con una pequeña porción es suficiente para hacer una hornada de pan, asimismo, los corazones endurecidos de los líderes religiosos podían penetrar y contaminar la sociedad entera e incluso a los discípulos.

V 22-26 Se relata otro milagro realizado por el Mesías, un ciego recibió la vista, vemos que Yeshúa continúa cumpliendo lo profetizado acerca de él, trajo sanidad y medicina a su pueblo. El hombre primeramente ve a los hombres como árboles, una relación que vemos en varias ocasiones en la escritura.

Salmo 1:1 ¡Cuán bendecido es el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni se detuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado! 2 Sino que en la Ley de YHVH está su delicia, Y en su Ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, Que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita, Y todo lo que hace prosperará.

V 27-38 El Mesías quería que sus discípulos tuvieran clara su identidad, aunque el resto de la multitud decía que él era Yohanán y otros que era Elías. El Eterno les reveló a todos los emisarios por medio de Pedro que Yeshúa era el Mesías enviado, su ungido. Y como dice en la buena nueva de Mateo sobre esa verdad sería edificada la congregación, y así lo ha sido hasta nuestros días.

El Mesías también les habló a sus discípulos acercade todo lo que habría de padecer que era muy contrario a lo que la tradición planteaba, él tendría que morir, pero el Eterno lo levantaría. Pedro no quería que ningún mal le aconteciese por eso lo confronta, pero el Mesías lo exhorta fuertemente debido a que en ese momento su discípulo se estaba enfocando solo en lo terrenal y era importante que aprendiera a poner la mirada en las cosas del Eterno pues sus planes siempre son mayores y para esto el Mesías nos deja una gran enseñanza, debemos aprender a negarnos a nosotros mismos, tomar el oprobio del mundo y seguirle a él sin importar lo demás, solo de esta forma salvaremos nuestra alma.