Parábolas del reino para alimentarnos de la palabra y no hundirnos en las naciones (Mateo 13)
Por: Thalía Castillo
Mateo 13
V1-2: Yeshúa ya había hecho muchos milagros y las grandes multitudes iban tras él, pero muchos iban solo tras los beneficios, lo veían como esa fuente para recibir sanidad, libertad, etc., pero no querían un compromiso con el Eterno. Todos estos prodigios y milagros de Yeshúa tenían como objetivo principal hacer volver al pueblo al Padre, pero muchos no querían esto. Ahí podemos ver lo que se ha mencionado en ocasiones anteriores, la diferencia entre seguidores y discípulos, y más adelante Yeshúa también lo menciona, porque el seguidor permanece mientras recibe lo que quiere, su milagro, su bendición…, pero cuando percibe alguna cosa que no le agrada a su ego, como la exhortación a cambiar, a vivir en obediencia y santidad apartado de la transgresión entonces se aleja porque no está dispuesto, pero el discípulo aunque la corrección le redarguya porque le hace morir a su carne y a sus deseos, no se aparta sino que permanece en las enseñanzas del maestro, porque está dispuesto a cambiar, a apartarse de todo mal camino con tal de vivir de acuerdo a la voluntad del Padre.
Esta es la razón por la cual solo a los talmidim se les permitía saber los misterios del reino y a los demás les hablaba en parábolas.
¿Qué es una parábola?
Una parábola es comúnmente una narración ilustrativa en la cual el autor describe un evento común en la vida para ilustrar una verdad espiritual. Una definición clásica dice que “es un relato terrenal que ilustra una verdad celestial”.
La parábola era un método de enseñanza común en el Tanaj, por ejemplo: en 2Samuel 12: 1-14, leemos que el Eterno por medio del profeta Natán, usa una parábola para mostrarle al rey David la consecuencia de su transgresión por lo ocurrido con Urías y Batsheva
En hebreo la palabra para parábola es mashal, tiene una variedad de significados: oráculo, dicho oscuro, enigma, símil, máxima, proverbio, metáfora y alegoría. Estás máximas exigen al lector o a los que escuchan ir más allá para entender su significado porque encierran enseñanzas.
V3-9 Pienso que luego de oir de esta parábola las personas se preguntarían que habría querido decir Yeshúa, quizás si había agricultores entenderían un poco más la literalidad porque sabían que si se intenta sembrar en el camino es muy difícil o imposible que esa semilla de fruto debido a que hay aves que se las comen o pasan personas o animales y las pisan. En tierras poco profundas llenas de piedras, aunque germine, el sol la va a secar porque no tiene esa raíz firme, que la nutre constantemente, por lo general esa tierra suele ser seca. Entre espinos, aunque llegue a tener algo de crecimiento, al final termina siendo ahogada por estos, pues le quitan sus nutrientes y se hacen más grandes que ella. Solo la buena tierra, aquella que es profunda, que retiene los nutrientes, que es fácil de trabajar, que tiene buen drenaje puede retener la semilla y dar mucho fruto. Fuera de esa literalidad no sabían que más encerraba y poniéndonos en ese contexto pienso que a muchos nos pasaría lo mismo, no entenderíamos, como veremos más adelante los discípulos tampoco comprendían todas las parábolas, pero un aspecto que me llama la atención es que ellos siempre preguntaban, tenían ese deseo de saber más, no se conformaban, ellos si indagaban pues querían entender. Y esta es la actitud que debemos tener como discípulos de Yeshúa, no conformarnos ni quedarnos en la ignorancia, sino acudir a nuestro maestro para aprender y crecer.
V13-17 La multitud estaba cegada, aunque podían ver los milagros y escuchar las palabras de Yeshúa no lograban percibir, que ese era el Mesías, a ellos no les había sido dado entendimiento. ¿Por qué? Era un juicio por la incredulidad de ellos, recordaba que lo mismo pasó con el pueblo de Israel luego de la salida de Egipto, como dice en Deuteronomio 29:4 Pero el Eterno no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver ni oídos para oir. Ese pueblo pudo presenciar milagros y prodigios inigualables, pero no creían, en la más mínima situación dudaban y se rebelan contra el Todopoderoso, y lo mismo estaba pasando en tiempos de Yeshúa, no tenían un corazón dispuesto a creer y servir al Padre, buscaban los beneficios, pero no un compromiso. Y cuando no se está dispuesto a creer, a confiar y a obedecer entonces lo poco que se tiene de conocimiento acerca de las cosas espirituales es quitado, como les pasó a los fariseos, ellos conocían de las promesas, pero como no quisieron creerle a Yeshúa, al contrario, tenían su esperanza en un reino terrenal, entonces lo poco de las cosas espirituales que sabían les fue quitado y su entendimiento fue entenebrecido. Y esto es una regla general para todos, quienes persisten en la incredulidad y en la necedad, por mucho que vean y lean, no entienden porque no están dispuestos a cambiar.
Pero quienes creen como los discípulos, que conocían poco de los misterios del reino, pero que querían saber más y confiaban en el Eterno, entonces se les daba aún más.
Estaba profetizado lo que acontecería, por la incredulidad del pueblo, y su corazón engrosado, no recibirían la bendición de que el reino del Eterno se estableciera en sus vidas, sino que obtendrían juicio, el liderazgo religioso se opuso totalmente a Yeshúa. Pero muy bendecidos eran los discípulos porque podían ver y oir, pues tenían un corazón humilde y moldeable para recibir el reino. Por otra parte, es curioso como Yeshúa menciona que los profetas y patriarcas quisieron vivir ese momento de su venida y no pudieron, pero aun, así como dice en la carta a los hebreos murieron en esa esperanza, aunque no lo veían, lo creían y lo saludaron de lejos. Lo cual me hace reflexionar en que es precisamente la fe, la emunáh, la que hace la diferencia en las vidas, porque a todos se nos da la oportunidad de oir, pero solo aquellos que creen y quieren crecer y conocer más para que sus vidas sean transformadas y poder acercarse sin impedimentos al Eterno, son los que reciben el entendimiento y la guía que da el Padre por medio de su Aliento.
V 18-51
Sección de las parábolas
1 Parábola del Sembrador
Existen 4 tipos de personas, así como 4 tipos de tierra
- Junto al camino: una tierra muy transitada, donde las aves arrebatan la semilla, ¿por qué la arrebatan?, porque esa tierra no está en lugar correcto para recibir esa semilla. Lo que hace referencia a una persona que está alejada de la instrucción, pero que no cree, ni entiende la palabra y por eso el maligno se la quita, le es muy fácil quitarla de esa vida, porque no hay nada que la retenga.
- En pedregales: una tierra poco profunda, donde la semilla se seca por el sol, hace referencia a la persona que las aflicciones le roban el gozo y hacen que se seque la palabra y la fe en sus vida.
- Entre espinos: estos le roban los nutrientes a la planta y no permiten que crezca, así ocurre con el afán de las riquezas y el materialismo del mundo, ahogan la fe del creyente y lo desenfocan de la promesa celestial.
- Buena tierra: aquella que es capaz de sobrepasar todas las adversidades porque la planta tiene una raíz firme. Así como creyentes debemos procurar ser esa buena tierra que permanece en el Eterno y da frutos.
Parábola del trigo y la cizaña y Parábola de la red
Hacen referencia a 2 grupos de personas, los plantados por el Mesías que le creen y obedecen y los plantados por el maligno que simulan ser creyentes, pero realmente no creen, ni obedecen y su fin será el lago de fuego,muy por el contrario de los verdaderos creyentes que son ese buen trigo que será recogido en la gran cosecha final y habitará en las moradas eternas.
Parábola de la semilla de mostaza y la levadura
Hace alusión a la obra que comenzó el Mesías acercando el reino y que en todo este tiempo ha dado como fruto una multitud incontable de creyentes y servidores del Eterno.
El tesoro escondido, la perla de gran precio y tesoros nuevos y viejos
Se refieren al reino del Eterno que es lo más valioso que podemos adquirir en nuestra vida, no hay nada que se le compare, todo lo demás queda sin valor delante de las cosas celestiales.
Filipenses 3:8 Y ciertamente aun considero todas las cosas como pérdida por la superioridad del conocimiento del Mesías Yeshúa, mi Señor, por el cual perdí todas las cosas, y las tengo por estiércol, para ganar al Mesías,
V53-58 Las personas de la ciudad donde creció el Mesías se sorprendían de su conocimiento y de las obras que realizaba, pero aun así no le creían y por su incredulidad Yeshúa no hizo muchos milagros allí, fueron privados de poseer más revelación debido a su falta de fe. Y como mencioné anteriormente, la emunáh es esencial en la vida del creyente pues sin ella es imposible agradar al Creador y recibir su revelación en nuestra vida.