¿Quién es el mayor en el reino? Mateo 17 y 18
Por: Thalía Castillo
Mateo 17
Este capítulo comienza con la llamada transfiguración de Yeshúa. En el capítulo 16, versículo 28, el Mesías le dice a sus discípulos que algunos no gustarían la muerte hasta que lo vieran a él viniendo en su reino, sabemos que su reino se estableció en la tierra en las vidas de aquellos que creyeron en él y que fue confirmado con su muerte y resurrección. Yeshúa se estaba refiriendo a que lo verían tal y como es, con su naturaleza celestial antes de que fuera entregado, y así ocurrió, se transfiguró delante de Kefa (Pedro), Yaacov (Jacobo) y Yohanán (Juan), mostrándose como Ben (hijo) Elohim, ellos fueron a los que se refirió cuando dijo que no morirían antes de verlo.
El rostro del Mesías resplandeció como el sol y sus vestiduras se hicieron blancas, una muestra evidente de la majestad y el esplendor que posee en el reino del Padre; el profeta Daniel vio lo mismo en su visión. Era un ambiente espiritual y superior a esta dimensión, también se hicieron presentes Elías y Moisés, dos hombres que caminaron de forma íntegra delante del Eterno, tal es así que el primero no vio muerte, y el segundo el Eterno mismo lo enterró. Kefa en medio de lo que estaba presenciando, dijo que haría unas enramadas para ellos, quizás haciendo alusión a Sukot y a que el Padre vendría y habitaría entre los hombres. Seguidamente el Eterno les habló desde una nube de luz confirmando que Yeshúa es su hijo amado, y que a él lo debían oír. Es una muestra de que el Mesías era aquel profeta del cual escribió Moshé en la Tórah, ya había llegado el tiempo y el reino de los cielos se acercó, así como hasta hoy, seguimos teniendo el mismo llamado del Padre, debemos escuchar a su hijo, él es el único que nos reconcilia con nuestro Creador y acerca su reino a nuestras vidas para que vivamos en su voluntad.
Cuando descendieron de aquel lugar Yeshúa les dijo a sus discípulos que no contaran lo que habían presenciado hasta que él no resucitara, todo sería conocido a su debido tiempo. Los discípulos le preguntaron acerca de lo que los escribas habían dicho, de que era necesario que Elías viniera antes del Mesías. Yeshúa les contesta que en efecto Elías vendría antes, pero que ya había venido, ese era Yohanán el de la Tevilá (Juan el Bautista) aquel que tenía el espíritu de Elías, pero que no le conocieron, ni le quisieron, sino que por la dureza de sus corazones lo mataron, aunque esto no le impidió cumplir con su labor, él preparó el camino delante de Yeshúa. El Mesías les anuncia a ellos que él también padecería el mismo rechazo e incredulidad de parte del pueblo, pero a él tampoco le fue un impedimento para llevar a cabo su tarea y acercar el reino a las vidas de aquellos humildes que le creyeron y obedecieron de todo corazón.
V14-20 Le trajeron un muchacho lunático a Yeshúa que tenía un demonio que los discípulos no habían podido expulsar, el Mesías acusa a sus alumnos de ser una generación incrédula, aunque estos varones le seguían y estaban con él escuchando sus enseñanzas aun les faltaba fe, confiar completamente en el Eterno y en la autoridad que habían recibido por medio de su hijo, quizás no se sentían capaces y dudaban, por eso el Mesías los exhorta a tener una emunáh plena, él sanó al muchacho rápidamente demostrando con su propio ejemplo lo que es tener completa certeza, confianza y seguridad en el Padre. Como creyentes tenemos la misma instrucción, no podemos dudar del Eterno, ni de la unción que nos ha dado para cumplir su voluntad y para ayudar a nuestro prójimo, sabiendo que no depende de nuestras fuerzas ni de nuestras capacidades sino solo de Él.
V21 Se comenta que el versículo 21 pudo ser añadido, no obstante, la oración y el ayuno son prácticas que nos ayudan a fortalecer nuestra emunáh y acercarnos más al Padre.
V22-23 Yeshúa les comenta lo que tendría que padecer cuando fuera entregado a muerte, pero también les dice que resucitaría al tercer día, la señal de que su obra había sido grata delante del Eterno.
V24-27 Se comenta que el Mesías y sus discípulos no portaban dinero, pero les exigían pagar impuestos, la respuesta de Yeshúa denota que estos cobros que les hacían a los israelitas eran injustos, pero él no se centra en atacar este tema, sino que sabía que el Eterno se encarga de todo, por eso envía directamente a Kefa a recoger las dracmas de forma milagrosa y a pagarlas. Él demuestra que su enfoque no estaba en los asuntos de aquí abajo, le da al mundo lo que es del mundo y no pone tropiezo, cumpliendo con la justicia de los hombres
Mateo 18
V1-6 Yeshúa muestra ¿qué es lo necesario para entrar en el reino y quién es el mayor?
Enseñó la necesidad de transformar nuestra mente, para ser como niños. Los niños son humildes, son transparentes, ellos se muestran tal y como son, creen de todo corazón sin dudar y se entregan completamente a lo que creen. Del mismo modo es necesario que seamos los creyentes para poder vivir en el reino, tenemos que tener un corazón moldeable y dispuesto a obedecer, sin orgullo, ni soberbia, sino uno que con toda humildad reconoce lo mucho que necesita de su Padre, pues en Él está la vida y no hay bien fuera de Él. Así como los bebés desean con ansias la leche de su mamá, debemos tener ese mismo deseo ferviente de hacer la voluntad del Padre poniendo por obra su palabra, y de negarnos a nosotros mismos desechando falsas doctrinas, dogmas, filosofías, malos deseos y acciones, en fin, toda la transgresión, con tal de ser verdaderos servidores que agradan al Eterno y son aprobados por Él.
Estaba reflexionando en que para ser como niños, tenemos nacer de nuevo, hacer teshuvá, en nuestra vida tiene que haber un reconocimiento de nuestra condición de muerte y el deseo de ser reconciliados con el Creador y luego renovar nuestro entendimiento bajo la guía del Aliento Santo, que implica un cambio real en nuestro ser, pues no podemos querer vivir en el reino y a la vez seguir con las ataduras de este mundo esclavizados en nuestras concupiscencias, tenemos que estar dispuestos a tomar el madero del Mesías , morir a nosotros y desechar toda la información mal aprendida en nuestra vida, para así como lo hacen los niños aprender cada día a vivir dirigiendo nuestros pasos en la instrucción del Eterno, y llegar a tener la mente del Mesías como dice en 1 Corintios 2:16, es decir tener la misma forma de pensar y de vivir del Mesías, apartados del mal, consagrados al Padre, haciendo tesoros para el reino, impactando las vidas de otros para que se acerquen al Eterno, siendo esa buena tierra que da frutos.
Todas estas características nos hacen ser como niños, que a pesar de ser pequeños son considerados los mayores en el reino, por recibir el mensaje y obedecerlo con esta actitud humilde, dispuesta y entregada.
Yeshúa enseña la gran diferencia que existe entre el reino del Eterno y los reinos de este mundo, humanamente se asocia un reinado a la grandeza, al poderío, al reconocimiento, a las riquezas, a la fuerza etc, pero en el reino de los cielos no ocurre así, sino todo lo contrario, el mayor es el que se humilla, el que se niega para servir, el que no busca el reconocimiento de los hombres, sino ser conocido y aprobado por su Padre Celestial. Y el ejemplo más exacto de ello es Yeshúa; Filipenses 2:8- 11; 8 y hallándose en la condición de hombre, se humilló a Sí mismo al hacerse obediente hasta la muerte, y muerte de madero. 9 Por lo cual Elohim también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio el Nombre que es sobre todo nombre 10 para que en el nombre de Yeshúa se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Yeshúa es el Señor para esplendor de Elohim Padre.
Por esa actitud Yeshúa es el mayor, porque no vivió para sí mismo, ni buscó ser exaltado a pesar de ser el Hijo del Altísimo, sino que se humilló, obedeció al Padre de forma completa, como él mismo dijo no vino a hacer su voluntad sino la voluntad del que lo envío. Él es nuestro mejor ejemplo a seguir, realmente lo tenemos todo para poder vivir en el reino, por tanto esforcémonos por ser esos niños, que entregan su vida como sacrificio vivo al Padre, y que se alimentan de su palabra para crecer en fe y fortaleza para perseverar hasta el fin, porque sabemos que el fin de todas las cosas se acerca pero que si permanecemos y nos rendimos a la voluntad del Padre, Él nos dará la exaltación a su debido tiempo, que es que así como el hijo, podamos tener la entrada a las moradas eternas.
V6-9 Yeshúa advierte sobre el juicio severo que sufrirán aquellos que hacen tropezar a los creyentes y ¿quiénes son aquellos que son piedra de tropiezo?
Son los que usan la autoridad del Mesías y su nombre para hacer caer y tropezar a los creyentes, que tuercen las palabras de Yeshúa, ya sea añadiendo o quitando a ella y que lo hacen con conocimiento, para lograr beneficios para sí mismos. Los emisarios también lo advirtieron Hechos 20:29-31. 29 Yo sé que después de mi partida, entrarán entre vosotros lobos feroces que no perdonan al rebaño, 30 y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablan perversidades, para arrastrar a los discípulos tras sí. 31 Por tanto, velad, recordando que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar con lágrimas a cada uno.
Está claro que estás personas recibirán el juicio del Eterno por su maldad y mentira, pero como dijo Shaul es muy importante estar velando, porque usan de astucia para engañar y descontextualizar la escritura y como igual mencionó el Mesías esos son loshacedores de maldad, que aunque lo llaman Señor, son rebeldes y desobedecenla Tórah , por ello no heredarán el reino de los cielos.
Esta enseñanza nos hace reflexionar en la gran responsabilidad que tenemos todos los que compartimos la palabra, ya sea de esta forma o en nuestro entorno a los que nos rodean, es nuestra responsabilidad hablar con la verdad, sin torcer la escritura, examinando nuestras palabras y nuestras acciones para que estén totalmente de acuerdo a la voluntad del Eterno y de esta forma ser piedras vivas que edifiquen las vidas de otros y no los hagan caer.
Aquí el Mesías nos deja una advertencia, todo lo que hay en nuestra vida que nos haga a desobedecer al Eterno, tenemos que cortarlo radicalmente, huyamos del pecado como dice en: 2 Timoteo 2:22- Huye de las pasiones juveniles, sigue en pos de la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor.
V10-14 Ante los ojos del Eterno todos sus hijos son valiosos, nadie debe ser menospreciado, Él cuida de cada alma que lo busca de todo corazón y conoce la necesidad de cada una, nos guía a toda verdad y muestra el camino en que debemos andar, pues no es su voluntad que ninguno perezca, sino que regresen a Él. Yeshúa es ese buen pastor que el Padre envió a su pueblo para que la luz resplandeciera en sus vidas y no se perdieran en medio de la confusión de falsas enseñanzas y dogmas de los fariseos, saduceos y demás sectas.
V15-20 Yeshúa enseña la importancia de perdonar y de advertir el error actuando con justicia. Santiago 5:19-20. 19 Hermanos míos, si alguno entre vosotros se extravía de la verdad, y alguno lo hace volver, 20 sepa que el que haga volver a un pecador del extravío de su camino, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados.
El Eterno por medio de Yeshúa nos enseña a juzgar con justo juicio, y esto comienza cuando hemos sacado la viga de nuestro propio ojo, pues no podemos corregir a un hermano si nosotros estamos cometiendo el mismo error o haciendo algo peor. Pero cuando exhortamos guiados por la autoridad del Eterno porque cumplimos su voluntad entonces lo llevaremos a cabo de forma justa, es un mandamiento y un deber advertir sobre la transgresión para ayudar al prójimo a evitarla y para no ser cómplices. Si la persona no escucha, entonces se debe llevar ante demás hermanos para entre todos hacerle reflexionar, pero si aún persiste en su pecado entonces se le debe dejar a su propia voluntad, pues ha decido rebelarse.2 Tesalonicenses 3:14 Si alguien no obedece lo que les decimos en esta carta, fíjense bien quién es y apártense de él para que le dé vergüenza.
Yeshúa le dio la autoridad a sus discípulos para ejecutarjuicio y perdón de pecados, como a ellos se le dio la revelación, entonces todo lo que ellos dijeran, enseñaran, e hicieran tenía que ser confirmado con el reino de los cielos, aquí vemos esa unión entre lo celestial y lo terrenal para actuar conforme a la voluntad del Creador.
V21-22 ¿Cuántas veces se debe perdonar a un hermano?
Yeshúa es la muestra del perdón y el amor que el Padre ha tenido para su pueblo y para toda la humanidad, en su época las dos casas de Israel tenían que ser reunidas, pero como sabemos el orgullo y la dureza de los líderes religiosos no permitía que esas ovejas perdidas fueran reunificadas, no eran capaces de ejercer el perdón y la bondad. Pero por medio del Mesías llegó ese tiempo de unión, de perdón y de regreso al Padre, se cumplieron aquellas 70 semanas profetizadas por el profeta Daniel, para que llegara el hijo del Eterno y el pueblo fuera sanado y así lo hizo Yeshúa, mostrándonos la importancia que tiene reflejar la bondad y el perdón del Padre en nuestra vida, actuando de esta manera con nuestro prójimo. No quiere decir que hay que tolerar la injusticia y la transgresión, sino como dice en. 2 Tesalonicenses 3:15 Pero no lo traten como a un enemigo, mas bien corríjanlo como a un hermano.”
V23-35 En esta parábola se relata lo ocurrido con los dos deudores y nos enseña la importancia de dar a nuestro prójimo la bondad, amor y perdón que recibimos del Padre, debemos perdonar de todo corazón para que la persona que lo recibe siga realizando lo mismo con aquellos que puedan agraviarle. También es importante saber que quien ha recibido el perdón no debe abusar de ello y seguir dañando, porque esto sería una muestra de ingratitud y maldad, del mismo modo nosotros como creyentes una vez que recibimos el perdón del Padre, no debemos continuar fallando, pues el perdón nos guía a convertirnos de nuestros malos caminos y a esforzarnos por no desfraudarle.