Recíbanle con gozo, dado frutos para no ser destruidos en su regreso.

Lucas 20

Por: Thalía Castillo

Lucas 20: 1-18 Recíbanle con gozo, dado frutos para no ser destruidos en su regreso.

V 1-8 La autoridad de Yeshúa.

El Mesías enseñaba la buena nueva al pueblo, pero el liderazgo religioso se negaba a aceptar que él era el enviado del Eterno del cual habían hablado los profetas, aunque las señales que él daba eran muy evidentes, todo lo que hacía mostraba quién era. Esta vez le preguntaron que con qué autoridad hacía todas sus obras; está claro que nadie que no estuviera ungido con la presencia del Eterno podría hacer esas obras, Yeshúa tenía la autoridad del Padre. Juan 3: 27 Respondió Juan y dijo: No puede un hombre recibir nada si no le ha sido dado del cielo.

 El Mesías les responde con otra pregunta acerca de Yohanán y ellos no le dieron respuesta, lo que demuestra que estaban sin discernimiento, no distinguían las cosas del Eterno y tampoco querían, pues se sentían muy cómodos en sus posiciones de liderazgo y no estaban dispuestos a cambiar su manera de pensar, aunque recibieran miles de señales, por eso Yeshúa tampoco les contestó su cuestionamiento. Y les dijo la siguiente parábola.

V 9-18 Parábola de los labradores malvados

El Eterno es el dueño de la viña.

La viña es Israel, el pueblo que el Eterno escogió como su heredad.

Los labradores son el liderazgo que el Eterno puso a cargo de su pueblo: ministros, jueces, reyes, ancianos.

Los siervos son los profetas.

El Padre enviaba una y otra vez a sus profetas para recoger los frutos que Él esperaba de su pueblo, frutos de obediencia, santidad, justicia, consagración, pero ese liderazgo impedía que el Eterno recibiera frutos, al contrario, ponían tropiezo al pueblo, imponiendo sus propias leyes y tradiciones y a los profetas enviados los trataban como enemigos, los apedreaban, los maltrataban y los mataban. Recordaba el ejemplo del profeta Jeremías, él exhortaba al pueblo a volverse al Eterno, a abandonar la idolatría y rectificar su camino, pues vendría el exilio. Pero el liderazgo de la época lo acusaba de mentiroso, levantaban falsos profetas para engañar al pueblo, lo amenazaban de muerte, el rey de Judá lo encarceló, luego lo mandó a tirar a una cisterna. En fin, se comportaron como los labradores malvados de la parábola y no solo en épocas de Jeremías, sino en todas las épocas, hasta los tiempos de Yeshúa, que era ese hijo amado enviado a recoger frutos, pero que ellos deseaban matar. Porque como dice la parábola querían la heredad para sí mismos. Ese liderazgo se sentía dueño de Israel, ellos no reconocían a los siervos del Eterno porque ellos habían tomado el lugar del Creador, no se conformaron con cumplir la tarea que el Eterno les había dado, sino que querían más, dirigir al pueblo según sus propios razonamientos, invalidando la Tórah por su tradición y de este modo recibir recompensas terrenales, pues ese era su verdadero interés enriquecerse y ser exaltados por los hombres.  Yeshúa exponía la falsedad de ellos, les mostraba que eran un liderazgo corrupto e infructuoso, tal como la higuera estéril que fue maldecida. Y en esa misma parábola se menciona lo que el Eterno haría con ellos, serían destruidos, nunca más volverían a dar frutos. Les fue quitado el liderazgo, fueron desarraigados y la viña, que representa a ese remanente de Israel que creyó en el Mesías, fue puesta en manos de otros labradores, los emisarios de Yeshúa, el Eterno les dio la autoridad a los apóstoles por medio de su hijo para dirigir a su pueblo, ellos tenían la obligación de guiarlos al reino, para que dieran verdaderos frutos.

Mateo 19:28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración (nuevo nacimiento), cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, vosotros, los que me habéis seguido, también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y como sabemos así ha sido hasta hoy, una vez que los discípulos fueron ungidos recibieron la autoridad, para extender el reino, aún en nuestros días continúan juzgándonos y exhortándonos por medio de sus cartas y de su testimonio. Todo ello nos demuestra que el cetro (la autoridad), le fue quitado Judá y dada Shilo (el enviado).

Yeshúa cita el Salmos 118:22- 24 La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo. 23 De parte de YHVH es ésta, Y es admirable ante nuestros ojos. 24 Este es el día que hizo YHVH, ¡Alegrémonos y regocijémonos en él!

El Mesías les muestra que también en los salmos estaba escrito acerca de él, él era la piedra angular, pero lo habían desechado, estaban negados a reconocerle y no se daban cuenta que con su actitud solo estaban cumpliendo lo que estaba profetizado acerca de ellos.

En Israel fue muy popular este dicho, pues era una lección que habían aprendido desde los tiempos del rey Salomón. Se dice que cuando fueron a construir el templo, el rey separó la primera piedra, la apartó pues sería la piedra principal, pero cuando los edificadores comenzaron la construcción se les olvidó tomar esa piedra y comenzaron a edificar sin ella, claro esto no fue intencional, pero quedó como una enseñanza para el pueblo.

Ese era el tiempo de aplicar lo que habían aprendido, no debían volver a olvidar lo principal, Yeshúa es la piedra más importante del verdadero templo del Eterno, sin él es imposible acercarse al Padre, por eso quien lo rechazaba, estaba rechazando al Eterno y por ende sería desmenuzado.Lucas 10:16 El que os oye, me oye a mí, y el que os rechaza, me rechaza a mí, y el que me rechaza, rechaza al que me envió.

En Hechos 4:11-12 Pedro le dice nuevamente lo mismo a ese liderazgo que seguía negado a reconocer al Mesías.

Hechos 4:11-12. 11Éste es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza de ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Esos edificadores fueron desechados por construir para sí mismos sin tener en cuenta a Yeshúa. Y es curioso que cuando ellos escucharon estas palabras las entendieron, no eran ignorantes de la verdad, pero no quisieron cambiar su conducta, sino que decidieron endurecerse más. Ellos al igual que el resto de los israelitas tenían la oportunidad de rectificar, de reconocer sus errores y aceptar que Yeshúa era el enviado del Eterno para seguirle con humildad, pero se negaron, tomaron el camino del odio y la hipocresía, empeñándose aún más en matar a Yeshúa.

Lucas 20: 19-48 Atiende a las señales, prepárate y huye de la hipocresía.

V19-36 Los líderes religiosos deseaban matarle, pero como sabían que las multitudes seguían a Yeshúa, no se atrevían a enfrentarlo directamente, sino que usaban su astucia para intentar hacerlo caer en alguna falta y de este modo desacreditarlo ante el pueblo y tener una excusa para encarcelarlo. Enviaron espías que simulaban ser justos, es decir estas personas aparentaban ser hombres temerosos del Eterno, pero en realidad no lo eran, porque de lo contrario no habrían participado en este plan. En la buena nueva de Marcos se dice que Marcos 12:13 Le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos para sorprenderlo en alguna palabra.

Los fariseos y herodianos eran grupos que se oponían entre sí, tenían posturas diferentes, los herodianos eran nacionalistas y apoyaban el gobierno de Herodes, y los fariseos por su parte presumían de su observancia extrema, por eso se hacían llamar separados o separatistas, pero esto era totalmente falso y en la respuesta de Yeshúa veremos que realmente ninguno de ellos servía al Eterno.

Usaron palabras muy suaves para agradar a Yeshúa, y para que creyera que ellos tenían una buena intención, pero nada más alejado de la realidad.

Proverbios 27:5-6. 5 Mejor es reprensión manifiesta, Que amor oculto. 6 Leales son los golpes del amigo, Pero hipócritas los besos del que odia.

Como seres humanos tendemos a querer escuchar solo aquello que nos agrada, que de cierto modo alimenta el ego, y ante las palabras de reprensión o exhortación preferimos alejarnos, pero el Eterno por medio de su palabra nos enseña que es mejor escuchar la verdad o recibir una corrección, aunque nos duela y nos redarguya pero que nos haga cambiar y encaminarnos en su camino, que darle oído a lo que complace a nuestra carne para vivir de forma hipócrita.

Tener este principio claro en nuestra vida nos va a ayudar a no caer en los engaños que se promueven en este mundo, esas ideas de: “tú te mereces lo mejor”, y lo mejor de acuerdo a sus parámetros es:“tienes que tener cada vez más bienes materiales y para ello endéudate”, “tienes que complacerte a ti mismo”, “puedes ser y hacer lo que quieras”, “tienes derecho a elegir tú género”, “tu cuerpo es tu decisión por eso puedes abortar”. Vivimos en una sociedad que intenta victimizar al ser humano con palabras suaves que elevan el ego, pero que finalmente llevan a la perdición de almas, pues convierten a las personas en idólatras, en consumistas, los incitan a cometer pecados sexuales, incluso a convertirse en asesinos matando a sus propios hijos, así se destruyen las familias, pues se ha perdido el concepto de lo que es la unión y de la importancia de cuidar el núcleo familiar. Pero la humanidad se deja llevar, solo porque esto complace a la carne, y ante la advertencia del Eterno de que el fin de esas conductas será la muerte, deciden rebelarse. Por eso es importante permanecer alimentándonos de la palabra, preparándonos, atendiendo a las señales y huyendo de la hipocresía. Aunque la palabra del Eterno traiga esa exhortación a morir a lo terrenal, siempre va a generar un bien en nuestras vidas, no nos dejará permanecer engañados y sin fruto en este mundo.

Y por otro lado esta porción nos enseña a siempre hablar con verdad, aunque a muchas personas no les agrade conocer de la palabra del Eterno, no debemos caer en la hipocresía de decirles solo lo que quieren oírpara que no nos rechacen o hacernos parte de un grupo como ha sucedido en algunas religiones que se ha reducido el mensaje del Mesías exclusivamente al amor,solo para ganar más miembros en las iglesias, pero no se enseña la necesidad de obedecer la instrucción, de dejar la transgresión y someternos a la voluntad del Eterno. Yeshúa nos manda a hablar con verdad, a ser luz y sal en este mundo, y aunque esto traiga la oposición de muchos, la escritura nos dice que es necesario agradar al Eterno antes que a los hombres.

Estos varones enviados a tentar a Yeshúa, les tenían más respeto a los líderes religiosos que al Creador, por eso actuaron falsamente. La pregunta que le hicieron sobre el tributo era muy difícil de responder. Si decía que sí significaría respaldar a Roma, lo que haría que la gente se volviera en su contra, pues los israelitas detestaban pagar impuestos, ellos sabían que Roma era la cuarta bestia que profetizó el profeta Daniel, y que el dinero que le entregaban sostenía a sus opresores, además de que gran parte de estos impuestos se destinaban también a mantener templos paganos y la vida lujosa de las clases altas romanas. Por otra parte, un no, le traería acusaciones de traición y rebeldía contra Roma, con sus correspondientes penas civiles, pues cualquiera que evadiera el pago de impuestos se enfrentaba a castigos. Habían puesto a Yeshúa en una encrucijada.

Él se dio cuenta de lo que tramaban, y este aspecto nos demuestra que el Mesías no era un varón como otro cualquiera, sino que él estaba ungido con la presencia del Eterno y por eso podía discernir las verdaderas intenciones de las personas. En 1Samuel16: 7dice que el Eterno no mira como mira el hombre, porque el hombre mira lo que hay ante sus ojos, pero YHVH mira el corazón. Y el Padre le dio también esta capacidad a su hijo. Esos hombres no se esperaban la respuesta de Yeshúa, pero con un sencillo ejemplo, les dio una muy sabia enseñanza. Los que servían a César, seguirían actuando del mismo modo, dándole prioridad a lo material, pero los que servían al Eterno, se entregaban completamente a Él y no ponían las cosas del mundo como prioridad. La respuesta de Yeshúa les demostraba, que ellos realmente no servían al Eterno sino a las riquezas, porque si en verdad eran justos, no se hubieran dejado corromper, y por esa corrupción no aplicaban el juicio justo conforme a la Tórah.

De aquí aprendemos que, aunque vivimos en este sistema “Egipto Moderno” y tenemos responsabilidades dentro de él, por ejemplo: el pago de los servicios que recibimos como agua, electricidad, etc, aun en medio de todo nos podemos consagrar y poner como prioridad al Padre actuando de forma íntegra, y ofreciéndole un servicio completo, sin amoldarnos a este mundo, ni caer en la asimilación.

V 27-40 Los saduceos eran un grupo descendiente del Gran Ministro Sadoc, él fue un descendiente directo de Pinjas el nieto de Aharon, a quien el Eterno le había prometido el sacerdocio. Pero estos saduceos no tenían nada que ver con sus progenitores, aunque se creían justos. Se caracterizaban por interpretar de forma literal las escrituras y no creían en la resurrección, para ellos la vida del hombre acababa cuando morían y con este entendimiento vivían solo para almacenar riquezas, sin ninguna otra esperanza.

Su pregunta tenía la intención de hacerle ver a Yeshúa que era un error creer en la resurrección. Mencionaron la ley del levirato (Ver Deuteronomio 25: 5-10)

Es cierto que esta instrucción está en la Tórah, pero no invalida la resurrección, pues fue puesta para dar orden a asuntos terrenales, para no desproteger a la mujer y poder mantener la descendencia, pero esas son cuestiones humanas que se quedarán en este mundo, la resurrección es un tema que se va por encima, pues no es un aspecto meramente terrenal, sino que es eterno.

Como dice en los otros evangelios, los saduceos estaban ignorando las escrituras y el poder de Elohim, limitando la vida del hombre a algo meramente terrenal, cuando hay un propósito mayor, ese que esperaban los patriarcas cuando peregrinaron sobre esta tierra, la verdadera herencia que son las moradas eternas. El Padre en todo tiempo se hacía llamar Elohim de Abraham, de Isaac y de Yaacov, pues, aunque ellos duermen continúan con vida, solo esperando el cumplimiento de la promesa.

Los saduceos tampoco tomaron en cuenta los ejemplos de Enoc y de Elías que no conocieron muerte.

Yeshúa les aclara que el reino del Eterno no es terrenal, en la resurrección no habrá casamientos, ni nacimientos, pues tendremos cuerpos celestiales, y la presencia del Eterno llenará todo. 1Tesalonicenses 4:13-18. 13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Yeshúa murió y resucitó, así también traerá Elohim con Yeshúa los que durmieron en Él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros los que vivamos, los que quedemos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Elohim, descenderá del cielo, y los muertos en el Mesías resucitarán primero. 17 Después nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro con el Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, consolaos los unos a los otros con estas palabras.

La resurrección es uno de los fundamentos de nuestra fe, y por lo cual nos debemos esforzar, como dijo Yeshúa, solo aquellos que sean tenidos por dignos lo alcanzarán.

V 41-44 El Mesías desvela un misterio, su verdadera identidad como hijo del Eterno, aunque él vino en forma de hombre a esta tierra, tiene preexistencia, y no era biológicamente hijo de Yosef, ni específicamente descendiente de David, como la tradición exigía, ignoraban que David era una sombra de Yeshúa, el amado del Eterno que tenía un corazón conforme al suyo y que fue elegido para reinar sobre su pueblo, tal y como lo fue Yeshúa.

V 45-47 El Mesías exhorta a sus discípulos a guardarse de la hipocresía del liderazgo religioso, que de apariencias eran muy observantes, pero en realidad estaban muy lejos del Eterno. Es muy importante no dejarnos contaminar con la levadura de la hipocresía y para ello tenemos las palabras y el ejemplo de Yeshúa que constantemente nos muestran como es un servicio verdadero, en sinceridad y verdad que es lo que el Eterno pide y le agrada.