Tema: Instrucciones adicionales sobre los Corbanot parte I (Levíco6-7:1-6)

Aportación Thalía Castillo

Hasta este punto hemos estudiado cinco de las seis formas de acercarse al Eterno presentes en el libro de Vaykrá y en esta ocasión veremos la sexta que se encuentra en el versículo 20, se trata de la ofrenda que debían entregar los ministros cuando fueran consagrados, conocidas  como miluím (H4394 מִלֻּא milú de H4390; llenura (solo en plural), i.e. (literalmente)engastar (gemas), o (tecnicamente) consagración (también concr. sacrificio dedicatorio):-consagración, consagrar, engaste). Acercarse al Eterno es una necesidad de cada creyente, pues sólo Él hace que estemos plenos, sabemos que a través de Yeshúa esto es posible y está al alcance de toda persona que haga teshuvá; por medio de él somos justificados delante del Padre y hechos ministros de su reino, teniendo ahora esta función entonces nuestra ofrenda es entregarnos a nosotros mismos como un corbán vivo, consagrando nuestra vida para servir en espíritu y verdad.

Restitución Levítico 6:1-7

La restitución evidencia la justicia del Eterno y que Él ve como pecado el robo, la mentira y la traición, pues se está incumpliendo el mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Cuando alguien actuaba fraudulentamente debía devolver lo que tomó y añadir a ello la quinta parte para resarcir el agravio, y también ofrecer un carnero sin defecto, como vemos cometer estas transgresiones llevaba consigo una pena muy costosa para el individuo, lo cual lo enseñaría a que las consecuencias de pecar no traían ganancias sino graves pérdidas. Como creyentes en Yeshúa estamos llamados a tratar a los demás como nos gustaría ser tratados, esto implica que debemos llevar una vida justa delante del Eterno, que incluye el respeto a lo ajeno y si en algún punto defraudamos a nuestro prójimo es imprescindible que le restituyamos, pidamos perdón y que confesemos al Eterno nuestra falta acercándonos a Él a través de Yeshúa para ser perdonados. Esta porción nos enseña principios muy importantes que deben estar siempre presentes en nuestras vidas como lo son: la integridad, la honestidad y el amor pues amar a nuestros semejantes es cumplir la Toráh.

Mateo 5:23-24 Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el Altar, y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda ante el Altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y luego regresa y presenta tu ofrenda.

Mateo 7:12 Así que, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también hacedles vosotros, porque ésta es la Ley y los Profetas.

Romanos 13:9-10 Porque, No adulterarás; No matarás; No hurtarás; No codiciarás; y cualquier otro mandamiento, se resume en esta declaración: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El amor no hace mal al prójimo. Así que el cumplimento de la Ley es el amor.

Holocausto y ofrenda cereal Levítico 6:8-18

  1-Levítico 6:8-13

El holocausto era aquella ofrenda que se entregaba completa y subía en olor grato al Eterno, está referenciada en el diccionario Strong como H5930 עֹלָה olá u עוֹלָה olá; part. act. femenino de H5927; escalón o (colect. gradas, como ascendiendo); por lo general holocausto (como subiendo en humo):-holocausto, ofrecer holocausto, quemar, subir.

Cuando alguien ofrecía un olá mostraba su total intención de acercarse al Eterno  y cada parte de la víctima entregada hace referencia a como nosotros cuando queremos acercarnos al Padre a través de Yeshúa nuestro corbán, debemos entregar nuestra vida, mente, dejar que nuestra carnalidad sea consumida y limpiar nuestro caminar e interior con la palabra, todo ello se resume en una entrega total y sin reservas, sabiendo que fuimos libertados de la esclavitud de Egipto para servirle en espíritu y verdad.

Así como los ministros debían mudar sus vestidos, nuestra vida debe cambiar radicalmente cuando hacemos teshuvá, es un proceso de crecimiento y santificación donde no nos amoldamos a este mundo, sino que nuestra conciencia es renovada día a día.

El fuego del altar ardía continuamente, no podía ser apagado, muestra como nuestro servicio al Padre no debe menguar, sino estar siempre encendido, dando frutos dignos de haber hecho teshuvá, así como las 5 doncellas prudentes que tenían sus lámparas listas para la venida del esposo; eso espera el Mesías de nosotros que tengamos una fe paciente y constante que no fluctúe con las adversidades sino que se haga más fuerte e íntegra, para aquel gran día cuando venga como ladrón en la noche, nos encuentre firmes.

 Mat 24:42-44 

42¡Velad, pues, porque no sabéis en cuál día viene vuestro Señor! 43Pero sabed esto: Si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche vendría el ladrón, velaría y no permitiría que se horadara su casa. 44 Por esto, vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre viene a la hora que no pensáis.

2- Levítico 6: 9-18

En esta porción se refiere a ofrenda que era entregada como donativo u oblación voluntaria (H4503 מִנְחָה minkjá de una raíz que no se usa sign. dividir en porciones, i.e. otorgar; donación; eufemísticamente tributo; espec. ofrenda en sacrificio (usualmente sin sangre y voluntaria):-oblación, ofrenda, presente, sacrificio, tributo, holocausto).

Esta ofrenda hace referencia a como el pueblo por amor al Eterno daba el producto de sus labores, para que subiera en olor grato, esta donación no podía contener levadura, sabemos que la levadura representa la jactancia, la hipocresía, la falsedad, todo aquello que contamina nuestro corazón y corrompe nuestra relación con el Padre y con el prójimo. Llevándolo a nuestro  contexto veo la aplicación de 3 maneras:

  1. El ejemplo de Yeshúa que se entregó por nosotros en ofrenda al Padre, negándose a sí mismo y tomando como suya propia la voluntad del Eterno.
  2. A como los discípulos del Mesías debemos por voluntad propia darnos en servicio al Padre, sin hipocresía, ni mentiras, dándole muerte a nuestro ego en agradecimiento por la gran obra que hizo por nosotros.
  3. Al mandamiento de amarnos los unos a los otros como parte del cuerpo del Mesías y cuando ofrendemos para ayudar a nuestro prójimo no hacerlo por jactancia, ni por orgullo para ser reconocidos por los hombres, sino con toda humildad, sinceridad y con alegría.

2Corintios 9:7 Cada uno dé como se propuso en su corazón; no con tristeza o por obligación, porque Elohim ama al dador alegre.

Ofrenda de los sacerdotes y Corbanot expiatorio Levítico 6:19-30

1-Levítico 6: 19-23

Esta porción trata sobre el corbán que debían ofrecer Aharon y sus hijos y los ministros que les sucedieran el día que fueran ungidos, conocida como miluím, esta ofrenda sería de flor de harina y era enteramente quemada y subía en olor grato al Eterno, las vidas de estos hombres quedaban consagradas al servicio por completo, lo que requería santidad e integridad pues fungían como intermediarios entre el Todopoderoso y su pueblo. Yeshúa es nuestro Kohen Hagadol y único mediador para acercarnos al Padre, a través de él también recibimos la unción que es el Ruaj del Eterno morando en nuestra mente y corazón, una vez tenemos este sello, también somos ministros del reino de Elohim que deben consagrarse para servirle, entregando nuestros cuerpos como ofrendas vivas y agradables para que cada decisión que tomemos sea de olor grato a Él.

2-Levítico 6: 24-30

Los ministros luego de entregadas las ofrendas como en este caso de חַטָּאָה

kjattaá, pecado por yerro o descuido, debían comerla en el lugar santo y era una cosa santísima. El cuerpo de Yeshúa fue entregado siendo perfecto para quitar pecado y una vez derramada su sangre fue sellado el Nuevo pacto, representando ese corbán y nosotros siendo ministros de su reino también debemos ser parte de su entrega y comer en un sentido figurativo su carne, es decir sus padecimientos, tomar su madero, negarnos y seguirlo con el correcto disernimiento de lo que esto implica, es importante que nos examinemos diariamente pues para ser partícipes de las cosas santas no puede existir corrupción en nosotros, pues en ese caso estaríamos consumiendo juicio.

Corbanot por culpa Levítico 7:1-6

De la entrega por culpa אָשָׁם ashám, también debían comer los ministros, era cosa muy santa. Reconocer nuestras culpa y buscar el perdón es muy importante para nuestras vidas como creyentes, esto denota humildad y disposición para ser transformados, cuando damos estos pasos es necesario que nos esforcemos en continuar limpiando nuestro interior permitiendóle al Ruaj que nos transforme y moldee a la imagen de Yeshúa.

Conclusión

Como hemos visto esta porción resume parte de los corbanot que entregaban los hijos de Israel para acercarse al Eterno y se enfoca en la labor que debían realizar los ministros con cada uno de ellos. Aharon y sus hijos tenían una porción de las ofrendas exceptuando los holocaustos y las consagraciones, estás últimas eran presentadas por los sacerdotes cuando fueran ungidos para ejercer su ministerio. Cada corbanot trae como enseñanza que acercarse al Eterno para el hombre debe ser tan vital como respirar, y la importancia de que a pesar de nuestra condición Él se agrada de que nos volvamos a Él. A través del Mesías todos estos medios quedaron resumidos en su entrega, pero nos exhortan a esforzarnos por vivir rectamamente, examinando cada detalle de nuestras vidas, también revelan que somos falibles y nos hacen valorar aún más el favor inmerecido que recibimos por medio de Yeshúa, simplemente es sorprendente apreciar como estos pasajes nos instruyen tanto y nos hacen reflexionar sobre lo que implica ser consagrados y la gran responsabilidad que tenemos de dar ejemplo y ser luz en medio de esta generación.