Título: Una dieta y hábitos de un verdadero creyente. (parte 2)

Aportación: Thalía Castillo

En el capítulo 12 estudiaremos el proceso de purificación por el cual debe pasar la mujer luego de dar a luz, tanto a un hijo como a una hija. Veremos nuevamente los conceptos de pureza e impureza y como estas leyes deben ser seguidas hoy día para mantener la pureza en la familia y para cuidar la salud de la mujer, permitiendo que su cuerpo se restaure.

טָמֵא

Tamé (Impuro)

raíz primaria; estar contaminado, específicamente en un sentido ceremonialmente o moralmente (contaminado):-amancillar, contaminar, corromper, declarar, envilecer, inmundicia, inmundo, profanar, violar.

Tumá (Impureza religiosa): impureza, inmundicia

Las impurezas pueden ser de físicas ( las cuales los hacían estar ceremonialmente impuros por lo cual no podían acercarse al mishkán), morales y espirituales.

טָהֵר

Tajér (Pureza)

raíz primaria; propiamente ser brillante; i.e. (por implicación) ser puro (físicamente sano, claro, no adulterado; levit. incontaminado; moralmente inocente o santo):-declarar, expiación, limpiar, limpio, purificación, purificar.

Tahór (Puro): En sentido físico, químico, ceremonial o moral) fino, limpiar, pureza…

Lev 12:1 Habló YHVH a Moisés, diciendo:

Lev 12:2 Habla a los hijos de Israel diciendo: Cuando una mujer dé a luz y tenga varón, quedará impura por siete días; será impura como en los días de su menstruación.

La mujer cuando está en Niddáh (periodo) se encuentra en estado de tamé o impureza y debía estar apartada 7 días, si su ciclo era normal, no debían andar entre el pueblo pues podían contaminar el miskhán y esto no podía ocurrir bajo ningún concepto, puesto que la presencia del Eterno habitaba allí y se requería extrema pureza en todos los sentidos.

Lev 12:3 Y al octavo día será circuncidada la carne del prepucio de su hijo.

Aquí vemos el mandamiento que se le da a los padres de circuncidar a todo recién nacido al 8vo día, el niño a esa edad no tiene conciencia de lo que se le está haciendo, por tanto, la responsabilidad del cumplimiento de esta instrucción recae totalmente sobre sus padres y no va a definir el camino que desee tomar su hijo en el futuro, hoy día debería cumplirse pues, incluso está comprobado medicamente que trae diversos beneficios para la salud del infante, evitando posibles infecciones.

Con la venida del Mesías sabemos que sólo podemos ser injertados en el verdadero Israel por medio de él, el mandamiento de la circuncisión no hace salva a ninguna persona, ni en aquellos tiempos ni ahora, y está orientado al 8vo día del nacimiento, llevarlo a cabo después para obtener salvación o por imposición de hombres para poder celebrar Pesaj, incluso por seguir doctrinas que imponen este acto para poder ser parte del pueblo de Israel y  ser parte de la falsa creencia de un reino milenial terrenal futuro, no está abalado por la escritura y son llamados por Shaúl mutiladores del cuerpo, pues la circuncisión que pide el Eterno es la del corazón. Cuando se cumple esta instrucción con los niños no es para que sean salvos, ni parte de Israel, sino por obediencia al Eterno, como testimonio para ese infante de que sus padres observan la Toráh y por salud, lo cual va unido a una educación correcta en la instrucción y una guía por parte de los progenitores para que cuando sus hijos tengan la edad suficiente para elegir puedan optar por injertarse al verdadero Israel a través del Mesías Yeshúa, para vivir en el nuevo pacto sellado con su sangre.

Lev 12:4 Y ella permanecerá treinta y tres días en la purificación de su sangre, no tocará nada que sea santo, ni irá al Santuario hasta que se cumplan los días de su purificación.

Sumando los 7 días anteriores, la mujer al dar a luz un hijo varón debía estar 40 días purificándose, en este tiempo no le era permitido tocar las cosas santas, acercarse al Mishkán, ni tener intimidad con su pareja, pues se encontraba en un estado de impureza.

 Luego del parto el cuerpo femenino debe recuperarse, el aparato reproductor debe reponerse y ocurre la liberación de la membrana mucosa que reviste al útero, por medio de secreciones vaginales, además los órganos desplazados deben volver a su lugar, también estabilizarse los niveles hormonales hasta llegar a la normalidad y es el periodo ideal para fortalecer los vínculos entre la madre y el recién nacido, aprender a amantar y cuidar de su bebé etc. A pesar de que el pueblo de Israel no tuviera estos conocimientos, observamos la infinita sabiduría de nuestro Creador y como incluso en estos aspectos ellos marcaban una diferencia notable en medio de las naciones.

Lev 12:5 Pero si da a luz una hembra, entonces estará impura dos semanas, como en su menstruación, y permanecerá sesenta y seis días purificándose de su sangre.

Aquí vemos que en el caso de las niñas el tiempo de purificación es doble, es decir 80 días, y aunque podríamos no entender esto con exactitud sabemos que el Eterno es sabio y de igual forma se debe observar esta instrucción pues es para nuestro bienestar.

Se tienen varias posturas acerca del por qué con las niñas el tiempo de purificación es doble.

  1. Por causa del pecado original que entró por medio de la mujer, esto se plantea en el Midrash, donde se les da a las mujeres una mayor responsabilidad en lo ocurrido en el Edén.
  2. Hay estudios que evidencian que cuando las mujeres dan a luz niñas, tienen un mayor desequilibrio hormonal y por ende su cuerpo necesitaría más tiempo para recuperarse.
  3. En el estudio titulado Pureza Familiar del canal El lado femenino de la biblia, se plantea otra postura comprobada científicamente, sobre el hecho de que a las niñas en la 8va semana de gestación comienzan a formárseles los ovocitos primarios (células reproductoras) entonces figurativamente, esa madre estaría cargando incluso a quienes serán sus futuros nietos.

Lev 12:6 Cuando se cumplan los días de su purificación, por hijo o por hija, llevará un cordero añal para el holocausto y un pichón de paloma o una tórtola como ofrenda por el pecado a la entrada del Tabernáculo de Reunión, al sacerdote,

Lev 12:7 el cual lo presentará delante de YHVH haciendo expiación por ella y purificándola del flujo de su sangre. Esta es la ley sobre la que da a luz un varón o una hembra.

Lev 12:8 Y si su mano no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para ofrenda por el pecado, y el sacerdote hará expiación por ella, y quedará limpia.

 Luego del tiempo de purificación debía ser llevado un oláh y una ofrenda por el pecado conocida como kjattá, podríamos preguntarnos, ¿por qué la mujer debía hacer expiación? o ¿si acaso concebir sería un pecado?, la respuesta es no, pues el acto de dar a luz es uno de los mayores regalos que nos brinda el Eterno, pero el pecado radica en la impureza de la mujer, pues todos esos días su cuerpo está liberando desechos y todo esto procede del pecado original, pues en un principio para la mujer el alumbramiento sería totalmente diferente, sin dolor, quizás el embarazo durara menor tiempo, pero a causa de la caída, vinieron todas estas consecuencias que vivimos hoy día, pero gracias al Creador que aún nos permite la dicha de concebir y podernos acercar a Él por medio de Yeshúa nuestro corbán perfecto y ya estos sacrificios no son necesarios pues en él todo se vio cumplido.

Conclusión

Todas estas instrucciones demuestran la infinita sabiduría del Eterno y como tiene un cuidado exacto de cada parte de nuestra vida, permitiéndole a la mujer la bendición de dar a luz y además de que su cuerpo se restaure luego de ello, cabe aclarar que estar en esta condición  física ya sea por Niddáh o por el alumbramiento no implica que la presencia divina se aparte de nosotras, pues el Ruaj del Eterno ya no habita en templos, ni en objetos sino en nuestra mente y corazón, entonces tenemos total libertad para acercarnos al Todopoderoso a través de Yeshúa en el momento que lo deseemos.