Un llamado para el necesitado, una elección para el dispuesto (Marcos 2 y 3)

Por: Thalía Castillo

V1-5 Yeshúa continúa llevando a cabo su propósito de anunciar las buenas nuevas del reino, él enseñaba, sanaba, liberaba, todo ello como testimonio de que el Padre estaba con él y de que había llegado ese tiempo mencionado por los profetas del cumplimiento de todas las cosas. En esta ocasión él estaba Cafarnaúm (se traduce como ciudad de consuelo), era el lugar donde residía. Inmediatamente aquella casa se llenóde una enorme cantidad de personas que le escuchaban, entonces le llevaron a un hombre paralítico y como no hallaban la forma entrar por la puerta debido a la concurrencia, levantaron el techo del lugar y bajaron con cuerdas al enfermo, se esforzaron bastante, lo que evidencia la seguridad y certeza que tenían ellos de que Yeshúa podía sanar a este hombre, no tuvieron dudas y estaban dispuestos a enfrentar cualquier obstáculo para llegar a él. El Mesías se percató de esto, dice la escritura que vio su fe o emunah (que no es solamente creer sino actuar conforme a ello como lo hicieron estas personas). La respuesta de Yeshúa es lo más sorprendente pues le dice, hijo tus pecados te son perdonados. ¿Por qué no le diría directamente levántate como lo había hecho en ocasiones anteriores, sino que fue a un punto más importante que es el perdón?

Con estas palabras el Mesías le estaba diciendo, que desde el momento en que creyeron y comenzaron a actuar ya estaban haciendo teshuvá, reconociendo su necesidad y decidiéndose por regresar al Creador, esa acción en sí, traía consigo el perdón, lo cual es mucho más importante que la sanidad física. Este hombre y sus cuatro amigos son una alusión a la atadura del pecado presente en los cuatro puntos cardinales de la tierra, y a la necesidad de ir al Mesías para recibir perdón y sanidad. Si recordamos en capítulos anteriores el mensaje de Yohanán el de la Tevilá, era vuélvanse (arrepiéntanse) y sea purificado cada uno para perdón de pecados, esa era la finalidad, obtener el perdón del Todopoderoso, también el Mesías decía vuélvanse al Eterno para que sean perdonados, por eso cuando vio la actitud de este hombre anuncia el perdón.

V6-12 El Mesías conocía lo que había en el corazón y en los pensamientos de los religiosos, la reacción de ellos no fue reconocerlo como el enviado del Eterno, sino pensar que estaba blasfemando.

¿Creen ustedes que el Mesías estaba tomando el lugar del Eterno? No

Pasajes como estos son usados para apoyar el dogma de la trinidad, plantean que como solo el Todopoderoso perdona pecados entonces el Mesías tiene que ser Eterno y que por eso lo hacía, pero es un error, toda la escritura demuestra que el Creador es uno y único y que envió a su hijo emanado de Él para cumplir su voluntad en esta tierra, por otro lado está claro que el Eterno le dio autoridad a su hijo, pero Yeshúa jamás toma el lugar de su Padre, ni dice que él es el Creador, siempre dijo que el Padre es mayor que él y cuando le dice al paralítico que sus pecados le eran perdonados, no está diciendo yo soy el Padre y te perdono, sino haciendo uso de la autoridad que su Padre le dio, él estaba ungido con la Presencia Divina y tenía todo poder. Mateo 28:18 Entonces Yeshúa se acercó y les habló, diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

La repuesta de las multitudes fue exaltar al Todopoderoso, no se postraron ante Yeshúa, ni lo deificaron, sino que los israelitas sabían que todo lo que el Mesías hacía era por medio del Creador y que no lo hacía para sí mismo. Siempre que Yeshúa sanaba o liberaba, las personas exaltaban y agradecían al Eterno. Lo que demuestra que el Mesías estaba llevando a cabo su labor de la forma correcta, acercando al pueblo al Padre. Muy diferente a lo que hacían los escribas y fariseos, por eso Yeshúa los criticaba fuertemente, todo lo que hacían era para exaltarse a sí mismos y no al Creador. Pero vemos que Yeshúa no hablaba por hablar, sino que él mismo daba ejemplo en cada obra que realizaba, no buscando la fama, ni exaltarse a sí mismo, sino que todo el reconocimiento fuera para el Todopoderoso.

V13-17 Llamamiento de Mateo

El nombre de este hombre era Leví ben Halfai o Leví hijo de Alfeo, era un israelita que trabajaba para el imperio romano cobrando impuestos, las personas que tenían este oficio eran repudiadas en Israel porque su sueldo era de los mismos impuestos que obligaban a pagar a sus hermanos y además de esto los extorsionaban, muchas veces les cobraban de más y de esta manera se enriquecían.  Pero es notable que Mateo era diferente, aunque tenía este trabajo no se sentía bien realizándolo y tenía el deseo de servir al Creador, porque el Mesías sólo le dijo una palabra, sígueme y sin pensarlo dos veces se levantó y le siguió, no sabemos si tuvo que rendirle cuentas a algún jefe romano o no, pero lo dejó todo. Es un aspecto que me lleva a la reflexión y me recuerda lo que estudiamos en la Tórah, tenemos dos caminos: el de la bendición o el de la maldición, está en nuestras manos elegir hacia donde queremos dirigirnos. El llamado a elegir la vida es para todos, pero la elección es solo para aquellos que estén dispuestos a servir y obedecer al Eterno. Mateo podía seguir en su vida, persiguiendo las riquezas, con su esperanza en las cosas de este mundo, pero escogió la bendición, que no se trata de cosas materiales sino de cumplir el propósito del Eterno viviendo en su voluntad. Y lo comparaba con el joven rico, que a pesar de que vivía de forma correcta, no estuvo dispuesto a dejar sus apegos por seguir al Mesías.

 Hoy en día nosotros también somos llamados por el Mesías y la pregunta es si estamos dispuestos a seguirle y ser verdaderamente sus discípulos, a salir de nuestra zona confort (religiones, apegos, amistades etc), a negarnos a nosotros mismos y obedecer su palabra. El Padre tiene que ser la prioridad de nuestra vida y vivir de forma agradable a Él cumpliendo su voluntad debe ser lo primero. Antes que agradarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean debemos procurar agradar a nuestro Creador. Sabemos que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos, por eso tenemos que esforzarnos y santificar nuestras vidas, apartándonos de toda transgresión y quitando todo ídolo subjetivo que podamos tener en nuestro corazón.

Yeshúa fue a la casa de Mateo y muchos de sus compañeros publicanos se acercaron al lugar para escucharlo, pero cuando los fariseos lo vieron le criticaron, ellos consideraban que estaba prohibido acercarse a ese tipo de personas y las rechazaban. Pero la respuesta de Yeshúa es muy clara él vino precisamente en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel, él no podía seguir los legalismos de los fariseos y no acercarse a esas personas porque de qué forma ellos entenderían que había llegado el tiempo de volver al Creador, el reino del Todopoderoso se acercó y era para todos. Por eso les dijo, los sanos no tienen necesidad de médicos sino los enfermos, todo aquel que estaba afligido, perdido y necesitado y reconocía su condición de enfermedad y se acercaba a él, hallaba misericordia, vida y el camino de regreso al Padre. Esta expresión de Yeshúa suele malinterpretarse, algunos creen que el Mesías quiso decir que los fariseos estaban sanos, pero ¡cómo diría Yeshúa que estaban sanos!, si siempre les exhortaba porque servían al Eterno con hipocresía, porque le buscaban de labios pero su corazón estaba lejos de él, les dijo sepulcros blanqueados, ellos no estaban sanos, pero se creían justos, por eso Yeshúa les dice esto, si ellos se creían sanos entonces él no vino a por ellos, sino a aquellos que realmente reconocían que lo necesitaban. Él no quería apariencias de obediencia, ni religiosidad sino una verdadera transformación en las vidas, personas humildes, dispuestas a recibir la misericordia del Eterno y a vivir en su voluntad dejando su vida pasada.

Estos versículos en ocasiones son tomados para alentar a los jóvenes a ir a las discotecas o participar de las fiestas del mundo para ser luz allí, pero eso es sacar los textos fuera de contexto, Yeshúa se acercaba a las personas para sacarlas de esa condición, no para que permanecieran igual, ni para asimilarse. Y de la misma manera como creyentes estamos llamados a ser luz, primeramente, siendo ejemplo y también compartiendo la palabra, pero sin amoldarnos al mundo, no tenemos que participar de las obras infructuosas de las tinieblas, sino denunciarlas, advertir el peligro y las consecuencias de la desobediencia para que las personas se aparten de ella.

V 18-22 Los discípulos de Yohanán y los fariseos se acercaron a preguntar ¿por qué los discípulos del Mesías no estaban ayunando? Los fariseos eran muy religiosos y los discípulos de Yohanán eran hombres piadosos de ayuno y oración. En el pueblo de Israel el ayuno era una práctica que formaba parte de sus costumbres, en la Tórah como mandamiento está mencionado el ayuno de Yom Hakipurim, pero fuera de ese día no está ordenado hacerlo en días específicos, sino que queda a elección de cada persona. En aquel tiempo los israelitastenían al menos 4 días establecidos anuales en los cuales todos ayunaban, y al parecer era uno de esos días, pero los alumnos de Yeshúa no lo estaban haciendo y por eso le reclaman.

El Mesías respondió ¿Acaso los que asisten al esposo pueden tener luto mientras el esposo está con ellos?, él hace alusión a una boda hebrea donde se tenía como costumbre que el padre de familia le buscarauna esposa a su hijo, luego el padre prepara al hijo para conocer a la familia de la esposa y a la esposa. Cuando se conocen hacen un contrato matrimonial, un pacto entre el desposado y la desposada, luego se paga una dote. Más tarde el esposo regresa con el padre para preparar el hogar donde vivirá con su esposa, mientras pasa ese tiempo están separados y él le envía regalos a la esposa y ella lo espera en consagración, preparándose para el día de la boda, en qué regresará su esposo. El esposo a su vez tiene amigos y la esposa doncellas, y además hay invitados a la boda.

El Eterno seleccionó la esposa para su hijo, quien es el pueblo de Israel y en ese momento el hijo se acercó a su esposa y a su familia, estaban en un momento de alegría, el Mesías estaba en medio de ellos instruyendo y acercando el reino, no era tiempo de aflicción, sino que estaban viviendo un momento de gran importancia y bendición, la luz estaba con ellos. Pero cuando el esposo les fuera quitado entonces si debían ayunar y consagrarse. Como la desposada que se aparta y se purifica para el día de su boda. Ese es el momento que estamos viviendo es tiempo santificarnos, orar, ayunar.

Por otra parte, les exhorta a ser odres nuevos. Un odre es la piel de algún animal generalmente de cabra, cosida, pegada y preparada para guardar o contener líquidos, especialmente vino o aceite.

Yeshúa estaba trayendo el vino nuevo, refrescando la interpretación correcta de la Torah, él estaba colocando cada cosa en su lugar enseñando el momento en que se estaba viviendo, él era ese renuevo que anunciaba la renovación del pacto, que no consistía en seguir la tradición y práctica de los hombres (odre viejo), sino en hacer la voluntad del Padre.Era tiempo de renovarse dejando toda religiosidad.

El Eterno creó el Shabat para el hombre, no para que el ser humano lo convirtiera en una deidad, creando reglas e imposiciones, así lo habían hecho los fariseos y por eso criticaban al Mesías y a sus discípulos por comer espigas en este día, Yeshúa intenta hacerlos entender, ellos no estaban transgrediendo el Shabat, sino satisfaciendo una necesidad básica que es alimentarse, la labor que ellos estaban desempeñando les ocupaba todo su tiempo y no les permitía detenerse a elaborar alimentos, por eso tomaron las espigas y continuaron su camino. Los fariseos estaban esclavizados a los requerimientos que habían impuesto para el día de reposo, ya no servían al Eterno sino a sus tradiciones.

Marcos 3

V 1-4 Yeshúa entraba a las sinagogas, pero su objetivo no era hacerse parte de estos grupos que se reunían allí, sino anunciarles la buena nueva, él les mostraba que todo lo escrito y anunciado en la mesorah (promesas hechas a los patriarcas y las profecías al pueblo) se había cumplido.

Por causa de lo que él enseñaba y de los hechos que realizaba como milagros, sanidades etc., fue creciendo su fama y muchos le seguían, pero los líderes religiosos no lo querían, al contrario, lo acechaban buscando la más mínima ocasión para acusarle, ellos vivían examinando a Yeshúa, no lo veían como un enviado del Eterno, esperado, sino como un rival que representaba un peligro porque podía quitarles su popularidad y las ganancias que ellos obtenían en sus posiciones de liderazgo. Lo que demuestra que a ellos no les interesaba realmente conducir al pueblo a acercarse al Eterno, sino ser reconocidos y obtener beneficios. Y como el Mesías los exponía, entonces se convirtió en su enemigo.

Y al reflexionar en la actitud de estos líderes los quise comparar con la actitud de Yohanán el de la Tevilá, este al ver al Mesías reconoció su autoridad y cuando se enteró de las obras que hacía Yeshúa no buscó sabotearle, ni se enojó porque estaba siendo más reconocido, al contrario, dijo: es necesario que él crezca y que yo mengue. Lo que demuestra que el verdadero siervo del Eterno reconoce a Yeshúa y se somete a su autoridad, no busca ser él el protagonista como lo hacían los fariseos, sino que entiende que él es parte del plan del Eterno y emplea lo que ha recibido en hacer que la voluntad del Padre se cumpla.

Yeshúa sabía lo que esas personas estaban tramando, pero él aprovechó la situación y mandó a ese hombre a ponerse en medio para que todos pudieran ver lo que él iba a hacer, y les hace un cuestionamiento sobre la Tórah, una pregunta que es profunda, porque los llevaría a cuestionarse todos los dogmas y mandamientos de hombres que ellos habían añadido sobre el Shabat; el Mesías les estaba dando la oportunidad de cambiar su odre, de renovar su mente y darse cuenta de que todas esas tradiciones solo esclavizaban a las personas y obstaculizaban su servicio al Eterno y a la misma vez es una pregunta fácil de responder, muy lógica, pues siempre la prioridad es hacer el bien y salvar la vida, como lo dice la instrucción. Pero estas personas callaron, ellos sabían cuál era la respuesta, pero no estaban dispuestos a ceder. Para ellos su prioridad era su tradición, preferían abstenerse de hacer el bien antes de quebrantarla, actuando de esa manera solo transgredían la Tórah. Yeshúa dejó al descubierto lo que había verdaderamente en el corazón de ellos, que se decían ser servidores del Eterno. Ellos mismos se negaron a entrar en el reino del Padre acercado por el Mesías. No tenían temor del Creador como dice en:

Isaías 29:13  Dice pues Adonay: Ya que este pueblo se me acerca con la boca y me honra con los labios, Mientras su corazón está lejos de mí, Y su temor para conmigo es mera rutina de preceptos humanos,

Como dijo el Mesías actuar de ese modo es vano, el Creador no lo reconoce, pues el que dice que ama al Eterno pero no guarda sus mandamientos de forma genuina, miente.

1Juan 2:3-6Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que obedece su Palabra, en éste verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Elohim; por esto pues sabemos que estamos en Él. 6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.

Estas palabras nos demuestran la importancia de ser íntegros, de tener una fe viva que se demuestre en nuestras acciones. En los discípulos del Mesías no hay lugar para la hipocresía, esa es la levadura de los fariseos. Los creyentes en el Mesías debemos actuar de forma congruente, y estar dispuestos a negarnos y renovar nuestra mente para que el Padre acepte nuestro servicio y pueda ver humildad, sinceridad y transparencia en nuestras vidas.

V 5-6 El Mesías se enojó, no fue un enojo injustificado, sino que él los estaba probando y veía la dureza de sus corazones, le entristeció ver su rebeldía. Ellos no discernían el tiempo que estaban viviendo, ni entendían el servicio que pide el Eterno. Es muy triste que el egoísmo tenga mayor peso que el amor al Eterno, se jactaban de su celo y su obediencia extrema pero no estaban dispuestos a ceder en los aspectos más importantes. Lavaban lo de fuera del vaso, pero olvidaban limpiar su interior. Al parecer ellos creían que el Eterno no veía sus obras por eso actuaban de forma deshonesta, Yeshúa los descubrió, los expuso frente a todo el pueblo y él mismo puso el ejemplo de lo que es servir en ruaj y en verdad, sanó a aquel hombre. El Mesías no se dejó amedrentar por ellos, sino que demostró en todo momento que su prioridad era cumplir la voluntad del Eterno.

Él es nuestro mejor ejemplo a seguir, nos enseña que no debemos temer al rechazo del mundo, ni cohibirnos de hacer lo correcto, para encajar en un grupo o ser aceptados, siempre debemos actuar de forma íntegra y dar un testimonio con nuestra vida, aunque suframos el oprobio de quienes no creen. Recordemos siempre que el fin de nuestra fe es la salvación de nuestras almas y que somos muy bendecidos cuando padecemos por causa de la justicia, alegrémonos pues recibiremos un gran galardón en los cielos.

Esos líderes religiosos querían matar a Yeshúa, eran descendientes de Caín quien mató a su hermano Abel simplemente porque sus obras eran justas. Ellos veían en peligro su tradición y sus ganancias, era tal su rebeldía que se juntaron con los herodianos, a pesar de que eran enemigos.

Comentario Strong: Los fariseos eran un grupo religioso que con celo seguía la Ley del Antiguo Testamento, así como sus tradiciones. Eran respetados en la comunidad, pero odiaban a Yeshúa porque se enfrentó a sus orgullosas actitudes y a sus poco honorables motivaciones.

Los herodianos eran un partido político judío que esperaba restaurar en el trono la línea de Herodes el Grande. Yeshúa era una amenaza para ellos porque desafiaba sus ambiciones políticas. Fariseos y herodianos, por lo general enemigos, unieron sus fuerzas en contra de Yeshúa porque este los desenmascaraba y socavaba su poder y reputación.

La actitud de ellos confirma las palabras de Yeshúa, ellos eran hipócritas, fueron capaces de juntarse con sus propios enemigos con tal de que sus intereses terrenales no se vieran perjudicados.

Es muy similar a lo que estaba ocurriendo en Israel en tiempos del profeta Isaías, el Eterno estaba hastiado de la hipocresía

Isaías 1:11-15 ¿De qué me sirve, dice YHVH, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de ganado gordo. No quiero sangre de bueyes, ni de corderos, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, Cuando os presentáis ante mí pisoteando mis atrios? 13 No sigáis trayendo ofrendas inútiles; El incienso me es abominación, También los novilunios, los shabbatot y el convocar asamblea. ¡No tolero la iniquidad junto a la asamblea solemne! 14 Mi alma aborrece vuestras solemnidades y novilunios; Se me han vuelto una carga que no soporto más. 15 Cuando extendáis vuestras manos, Esconderé de vosotros mi rostro, Y aunque multipliquéis vuestras oraciones, no escucharé, Porque vuestras manos están llenas de sangre.

Nuevamente nos confirma que de nada sirve la religiosidad, el Eterno aborrece la tibieza. Y esta porción me exhorta mucho, pues nos enseña que hay una línea muy delgada entre obedecer sinceramente y caer en una vida religiosa, donde todo se vuelve rutinario y se pierde el verdadero enfoque que es la comunión y el servicio al Padre. Es importante que todo lo que hagamos sea para el Eterno, que nos mantengamos cada día alimentándonos de su palabra y examinando nuestra vida, para que nuestras oraciones, nuestras palabras, nuestras acciones sean aceptadas por el Padre.

V7-19 Muchos seguían a Yeshúa, su fama se había extendido, estas regiones mencionadas estaban distantes de Galilea, pero las personas venían a él, habían oído cuan grandes cosas hacía, solamente con tocarlo eran sanados, por eso el Mesías les mandó a decir a los discípulos que le prepararan la barca. Es curioso que, aunque las multitudes lo buscaban, finalmente solo 12, o más bien 11 fueron sus verdaderos alumnos. Muchas personas reconocían que estaban necesitados, iban a la luz para ser sanados, para que las tinieblas fueran disipadas, pero luego que recibían el beneficio se apartaban, solo un remanente estuvo dispuesto a servir, a comprometerse y a entregarse por eso fueron los elegidos y recibieron autoridad para continuar extendiendo el reino.

V 20-30 Aunque sus cercanos no creían en él y los escribas lo acusaban diciendo que sus obras eran por el maligno, el Mesías se mantuvo firme y dando testimonio de que el Eterno estaba con él, les explicó por medio de una parábola que Satanás estaba atado y que él estaba saqueando su reino con el poder del Aliento Santo, aquellas personas no habían blasfemado contra él sino contra la Presencia Divina, y este pecado no tiene perdón, por la rebeldía y la dureza de sus corazones que no eran capaces de reconocer la mano del Eterno en todo lo que el Mesías realizaba.

V 31-35 Al parecer sus familiares en ese momento querían detenerlo, pues no habían creído en él, por eso Yeshúa reconoce como su verdadera familia a aquellos que hacen la voluntad de su Padre. Finalmente, solo los que creen y obedecen al Eterno por medio de Yeshúa son considerados sus hijos, son elegidos porque escuchan el llamado y se disponen a cumplirlo con firmeza, integridad y entrega.